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BP se enfrenta a la hora de la verdad con el vertido

La compañía intenta sellar por todos los medios la última fuga. Obama anunciará esta tarde nuevas medidas contra las perforaciones

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BP afronta este jueves un día decisivo para sellar el escape de fuel en el golfo de México cuando se cumplen cinco semanas del desastre. Si hoy no se consigue, el problema amenaza con ser irremediable. De hecho, el vertido se está convirtiendo en el peor de la historia de Estados Unidos. Esto ha obligado al Gobierno estadounidense a endurecer la legislación que afecta a la industria petrolera con nuevas normas de seguridad.

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El presidente, Barack Obama, hará una intervención esta tarde desde la Casa Blanca en la que se espera que extienda una prohibición sobre los permisos para nuevas perforaciones. "Con el aumento de los riesgos, el aumento de los costes, te da un sentido de a dónde vamos", dijo Obama el miércoles en California. "No vamos a ser capaces de sostener este tipo de uso de combustibles fósiles".

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En peligro está un ecosistema único, dañado ya por el paso del huracán Katrina, un sector agropecuario muy lucrativo que se ha visto a cerrar en gran parte y la credibilidad de la gestión de crisis del presidente en su primer mandato.

El jefe de operaciones de BP, Doug Suttles, dijo el miércoles que ya sólo fluía lodo del pozo submarino dañado, y no crudo. La maniobra supone el bombeo de toneladas de lodo de perforación dentro del pozo para superar el flujo de petróleo y gas.

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El objetivo es detener el flujo de petróleo el tiempo suficiente para que pueda inyectarse cemento para bloquear definitivamente la filtración. El lodo, una sustancia especialmente creada por la industria petrolera y usada en todos los pozos perforados, pesa el doble que el agua y está siendo bombeado por compresores de 30.000 caballos de fuerza.

El petróleo comenzó a manar del pozo, localizado a 1,6 kilómetros de profundidad, después de que la plataforma Deepwater Horizon explotara el 20 de abril, causando la muerte de 11 trabajadores.

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Y mientras BP intenta sellar la fuga con el 'top kill', un método que no se había utilizado nunca antes a tanta profundidad, aún siguen frescas las acusaciones lanzadas ayer por el diario The New York Times. El periódico asegura que la empresa intentó ahorrar dinero con el tipo de recubrimiento de cemento semanas antes de la catástrofe.

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