Este artículo se publicó hace 14 años.
Brown seguirá de líder laborista aunque pierda las elecciones
El primer ministro envía así un mensaje a los dirigentes laboristas para que no se molesten en pedir su dimisión en el partido
Gordon Brown tardó tanto tiempo en alcanzar el liderazgo del Partido Laborista y el poder en Downing Street que no está dispuesto a soltarlo. Ayer el primer ministro británico anunció que ni siquiera una derrota en las elecciones le hará tirar la toalla. "Le debo a la gente completar el trabajo que hemos iniciado para sacar al país de esta recesión financiera global", dijo en la cadena BBC.
Es difícil saber cómo podrá hacerlo desde la oposición. El primer ministro envía así un mensaje a los dirigentes laboristas para que no se molesten en pedir su dimisión en el partido, incluso en el caso de una derrota electoral. Es también un aviso a los liberales demócratas, que pueden convertirse en el juez de la política británica si ningún partido consigue la mayoría absoluta.
Su líder, Nick Clegg, dejó claro este fin de semana que su formación no garantizará el apoyo a ningún partido antes de la negociación. Sin embargo, no ocultó su poca estima hacia Brown y el poco futuro que tiene el diálogo con los laboristas si el primer ministro es el principal interlocutor.
"Es un hombre al que no acepta la mayoría de la gente que ha trabajado con él. Sé que Gordon se ha convencido a sí mismo de que la recesión no tiene nada que ver con él. Vive al margen de la realidad", dijo el líder liberal-demócrata. Los laboristas han recuperado posiciones en los sondeos, pero Brown continúa siendo menos popular que el líder conservador, David Cameron. Una encuesta de The Sunday Times reveló el domingo que la ventaja tory es de cuatro puntos sobre los laboristas (37%-33%).
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