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Conflicto ucrania La UE sube el tono contra los prorrusos del Donbás: "Están generando una narrativa de guerra"

Los ministros de Asuntos Exteriores se reúnen el lunes en la capital comunitaria. La tensión aumenta en el Este de Ucrania y también lo hace la preocupación en Bruselas, que responsabiliza a los separatistas prorrusos de la escalada.

18/02/2022 Ucrania
Una imagen proporcionada por el servicio de prensa de la Policía Nacional de Ucrania muestra los resultados del bombardeo en un pueblo no lejos de la ciudad de Donetsk, Ucrania. EPA/YVES HERMAN / POOL / EFE

La semana arrancó con Rusia anunciando el repliegue de las primeras tropas agolpadas en la frontera ucraniana. Un paso del que Occidente siempre receló. Y termina con fuertes enfrentamientos en el Donbás, que han dinamitado el alto al fuego, y con Estados Unidos estimando que los soldados rusos desplegados han pasado de 149.000 a 190.000. Por su parte, Vladimir Putin ha anunciado que el sábado supervisará nuevas maniobras militares con misiles balísticos.

Cada bando juega sus cartas. Y mueve fichas en una partida de ajedrez en la que está en juego el futuro de Ucrania y de toda la arquitectura de seguridad europea. "Es el momento más peligroso desde la Guerra Fría", repiten en Bruselas.

La jornada del jueves arrancó con escaramuzas entre el Ejército ucraniano y las milicias de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD) responsabilizándose mutuamente. Este viernes, los choques en el Este de Ucrania se han intensificado. La mañana ha arrancado con el anuncio de los separatistas prorrusos anunciando una "evacuación masiva" a Rusia de las provincias de Donetsk y Lugansk. Poco después, la milicia informaba de la explosión de un coche bomba cerca de la sede de su Gobierno en Donetsk. Medios rusos documentan que las primeras evacuaciones de "refugiados" ya han comenzado en autobuses.

Una alta fuente comunitaria: "Lo que está ocurriendo son provocaciones para provocar o justificar un ataque"

La escalada de tensión tiene en vilo a los europeos, que públicamente mantienen la calma con su doble objetivo: disuasión preventiva, pero sanciones económicas "sin precedentes" reactivas. Sin embargo, entre bambalinas el mensaje robustece. En los pasillos de Bruselas creen que la escalada bélica en el Este y la evacuación del Donbás forman parte de una "narrativa de guerra". Asumen que el Ejército ucraniano es el menos interesado en embarcarse en operaciones de provocación. Y el Gobierno que dirige Volodimir Zelenski asegura que sigue comprometido con la vía diplomática y que no ha cometido ninguna operación ofensiva en el Donbás.

Los europeos creen que las fuerzas secesionistas de la región apoyadas por Rusia están detrás de la última escalada. Y se escudan en las acusaciones que el Kremlin está haciendo en las últimas horas y días sobre que el Gobierno de Kiev está cometiendo un "genocidio" en el Donbás.

"La violencia debe parar. La narrativa tóxica debe parar. Estamos entrando en un terreno bélico que probablemente esté pensado para justificar lo injustificable: un ataque a Ucrania. Lo que está ocurriendo son provocaciones para provocar o justificar un ataque", sentencia con contundencia una alta fuente europea.

Más comedido ha sido Emmanuel Macron, presidente de Francia, que pidiendo el alto a los bombardeos en el Este ucraniano no se ha atrevido a atribuirlos a ningún bando. El galo ha demandado a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que lo investigue. "La situación en el Donbás es muy preocupante en la últimas horas. Los actos que violan el alto el fuego se multiplican", ha alertado desde una rueda de prensa en la capital comunitaria.

Reunión de la diplomacia europea en Bruselas

Con esta coyuntura de alto voltaje se darán cita el lunes los 27 ministros de Asuntos Exteriores europeos. Al encuentro asistirá Dmytro Kuleba, responsable de Exteriores ucraniano. Aunque sobre el terreno la situación es más que cambiante, la estrategia europea no varía: la apuesta total es la diplomacia, pero un potente paquete de sanciones echaría a rodar "pocos días después" de un eventual ataque ruso a Ucrania. Los europeos insisten en que está preparado y que dañará enormemente a la economía rusa. Sin embargo, solo lo activarán si se produce un "ataque militar" de Rusia, pero no en caso de ciberataques o campañas de desinformación.

La UE y la OTAN asumen que la confrontación con Rusia, su vecino más importante, es y será la nueva "normalidad". Por ello, Bruselas ya abre la puerta a repensar su relación con la Rusia del siglo XXI asumiendo que este nivel de presión no puede mantenerse sine die. De seguir así, habrá que repensar la respuesta, reconocen.

Aunque durante las últimas semanas la situación ha alcanzado picos máximos de tensión entre Rusia y Occidente, la relación no levanta cabeza desde la anexión de Crimea de 2014. Los desencuentros entre ambos no son nada nuevo, pero sí lo son el riesgo actual –Europa vive el mayor despliegue militar de los últimos 30 años- y las demandas de Rusia sobre la seguridad europea. "Rusia ha utilizado la anexión de Crimea y los movimientos en el Donbás para desestabilizar Ucrania. Es un hecho que permanece intacto desde hace 8 años", señalan las fuentes.

Algunos Gobiernos como el neerlandés que dirige Mark Rutte ha anunciado en las últimas horas el envío de nuevas armas a Ucrania. Mientras España evita pronunciarse sobre posible aumento de material defensivo en el flanco oriental. Joe Biden, presidente estadounidense, celebra una llamada con sus aliados europeos este viernes para analizar la situación. Están los líderes de Francia, Alemania, Canadá, Italia, Polonia, Rumanía, el Reino Unido, la UE y la OTAN. Pero España por tercera vez está excluida. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, le resta importancia y asegura que la cooperación con sus aliados es constante.

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