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Budapest rechaza las críticas europeasa su 'ley mordaza'

Orban dice que otros países hacen lo mismo

DANIEL BASTEIRO

Hungría está dispuesta a cambiar su recién aprobada ley de prensa, que ha causado una gran polémica dentro y fuera del país que ostenta la presidencia semestral de la Unión Europea, aunque su primer ministro, Víktor Orban, estima que no será necesario. Orban aseguró ayer respetar los preparativos de una investigación formal que la Comisión Europea podría abrir si considera que Hungría se escuda en la transposición de una directiva comunitaria para instaurar la censura de los medios de comunicación.

Sin embargo, el primer ministro, que se siente muy legitimado por el amplio apoyo cosechado en las urnas, exigió a los técnicos de Bruselas que revisen la legislación de los países más críticos con el giro autoritario en Hungría. 'No hay una sola parte [del texto adoptado] que no pueda encontrarse en las leyes de medios aprobadas en otro país europeo', advirtió Orban.

Con la nueva ley, en vigor desde el 1 de enero y rechazada por los grupos de la oposición, cinco expertos designados por el Gobierno impondrán un estricto control de las 'informaciones parciales' y la publicación de 'rumores', obligando a los periodistas a revelar sus fuentes por motivos de seguridad nacional. El medio que atente 'contra el interés público' o 'la moral' podrá ser multado con 730.000 euros.

'Hungría aceptará cualquier proceso que inicie la Unión Europea', prometió Orban en la víspera de la visita del presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, y sus 26 comisarios. La visita es habitual al inicio de cada presidencia rotatoria de la UE, que este semestre le toca a Hungría, pero la reunión de hoy no será mera cortesía, ya que Bruselas ha pedido formalmente explicaciones a Budapest para poder zanjar el asunto.

Orban rechazó las críticas de Francia y Alemania, que calificó de 'interferencias', y adelantó que para él sería 'inimaginable que la UE ordene' a su Gobierno 'cambiar esto o aquello en la ley mientras permite a la ley francesa, alemana o danesa permanecer intactas'. París ya ha pedido a Hungría que cambie o meta en un cajón la aplicación de la ley para no enturbiar aún más la presidencia europea. Pero Orban 'espera que el Gobierno francés vuelva pronto a la realidad', y le deje concentrarse en atajar la crisis económica.

Hungría está bastante aislada, ya que ha conseguido enfadar a buena parte de los gobiernos europeos, a los técnicos de Bruselas y a las organizaciones de defensa de la libertad de prensa. Por si fuera poco, la Comisión investiga desde octubre otra ley que podría estar penalizando a las empresas extranjeras aplicándoles una fiscalidad más alta que la reservada a las compañías locales.

'Es un mal comienzo, estoy de acuerdo, ¿quién querría empezar así [la presidencia europea]?', reconoció el primer ministro. Sin embargo, según él, la polémica es artificial y 'hiere a los húngaros', los mismos cuyos medios de comunicación han criticado, con más o menos contundencia, la denominada ley mordaza, que deja en manos del Gobierno un gran poder sobre lo que puede o no publicarse.

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