Este artículo se publicó hace 16 años.
Bush aterriza en Israel sin despertar esperanzas
Dedica amenazas concretas a Irán, pero sólo peticiones generales a israelíes y palestinos
Eugenio García Gascón
El presidente Bush llegó ayer a Israel en su primera etapa de la gira por Oriente Próximo y en su primer discurso pidió al primer ministro israelí, Ehud Olmert, que negocie con los palestinos todos los aspectos del proceso de paz. Pero al mismo tiempo declinó ejercer cualquier tipo de presión sobre Israel, lo que confirma las sospechas de que las posibilidades de lograr una paz justa en la región son terriblemente escasas.
Olmert no tuvo ningún empacho en decir en público, en presencia de Bush, que Israel seguirá construyendo en las colonias judías que hay en Jerusalén y en otras partes de Cisjordania, con independencia de lo que digan los Estados Unidos.De esta manera respondía a la secretaria Condoleezza Rice, quien el miércoles manifestó que las obras en la Jerusalén ocupada deben detenerse. Semana a semana, Israel anuncia más y más construcciones en Jerusalén y Washington se lava las manos.
En la rueda de prensa que siguió a las dos horas de reunión entre los dos mandatarios, quedó claro que el problema que más les preocupa no son los palestinos sino Irán, un país que se ha convertido en una obsesión para Israel.
Cuando le preguntaron qué sucederá si se repite un incidente como el que esta semana ha ocurrido en aguas del golfo Pérsico entre lanchas iraníes y la flota norteamericana, Bush respondió que "todas las opciones están abiertas". Y arremetió contra el programa nuclear que, en su opinión, los iraníes pueden reanudar en el futuro.
Mientras unos y otros se cruzaban parabienes, los colonos seguían construyendo en los asentamientos judíos de los territorios ocupados, sabedores de que el Gobierno no va a interferir. Y lo hacían tanto en las colonias autorizadas por el ejecutivo como en las no autorizadas o salvajes.
La colonia salvaje de Migron, establecida hace siete años en tierra que es propiedad privada de palestinos, es una de las colonias que los Estados Unidos han pedido durante años a Israel que desmantele sin ningún resultado. Se trata de un asentamiento "ilegal" incluso según los flexibles parámetros de Israel, pero eso no ha impedido al Gobierno invertir allí casi un millón de euros recientemente. Más de 500 colonos viven en estas 102 colonias.
Cómplice
El diario Haaretz denunció ayer al presidente Bush como "cómplice" de Olmert en lo tocante a las colonias salvajes puesto que si hubiera querido se habrían desmantelado hace mucho tiempo.En la prensa se ha calificado repetidamente de "irrelevante" la visita de Bush. Puede decir lo que quiera pero como no actúa sus palabras no sirven de mucho. Y eso lo saben los israelíes, los palestinos y todos los demás, incluida la silenciosa Unión Europea.
Durante la primera de las tres jornadas que Bush pasará en la zona se registraron incidentes en la franja de Gaza. El Ejército mató a dos civiles, una mujer y un adolescente, poco después de que los palestinos dispararan varios cohetes contra Sderot, causando heridas leves a un israelí.
La policía ha detenido a un grupo de extremistas judíos para garantizar la seguridad de Bush, mientras que la Policía palestina ha arrestado al menos a 250 militantes y simpatizantes de Hamas en Cisjordania.Grupos de simpatizantes de izquierda se congregaron frente al Consulado de Estados Unidos del sector judío de Jerusalén coincidiendo con la reunión entre Bush y Olmert, bajo el lema "Hay que acabar con la ocupación".
Pero los más ruidosos fueron los manifestantes de la derecha que realizaron varios actos exigiendo a Bush que no presione a Israel para que abandone los territorios ocupados.
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