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La campaña electoral sigue adelante en medio de los desastres

Un candidato opositor acusa al presidente haitiano de repartir armas a sus partidarios

D. LOZANO

Terremoto, cólera, huracán Haití, entre tragedia y tragedia, vive una campaña electoral que parecía casi imposible y que hoy hierve como un volcán. Mirlande Manigat, la favorita en las encuestas con un 23% de apoyo, ha denunciado que el oficialismo prepara un 'festival de tiros' en vísperas de los comicios del próximo 28 de noviembre 'para amedrentar a la población e impedir que salga a votar'.

La denuncia de la líder de la Agrupación de Demócratas Nacionales Progresistas y esposa del ex presidente Leslie François Manigat coincide con la efectuada hace semanas por Jacques Alexis. El ex primer ministro del presidente René Preval fue desplazado a última hora de la candidatura oficialista por decisión presidencial. Convertido hoy en furibundo opositor, Alexis acusa al Gobierno de estar repartiendo armas entre sus partidarios para sembrar el caos. La misión de la ONU en la isla (Minustah) está investigando la denuncia, pero no esconde su preocupación: 'La violencia va a aumentar conforme nos acerquemos a la fecha', vaticina Colin Granderson, jefe de Observación Electoral de la Organiazación de Estados Americanos.

Alexis ha restado votos a Jude Celestin, el hombre elegido por Preval para que la alianza gubernamental se mantenga en el poder. Las encuestas le sitúan a dos puntos de Manigat. El tercero en la contienda, con una estimación de voto por debajo del 10%, es Michel Martelly, famoso cantante de compa haitiana, conocido como Sweet Mickey. 'Soy un rebelde contra la mediocridad', clama en sus mítines.

El Partido Familia Lavalas, del ex presidente Jean-Bertrand Aristide, fue excluido de las elecciones 'al no ajustarse a las leyes'. Aristide permanece en exilio en Suramérica desde la caída de su Gobierno, en 2004.

Junto a las elecciones presidenciales, Haití celebra comicios legislativos, con la tercera parte del Senado (30) y la Cámara de Representantes (99 diputados) en juego. Uno de los retos en ambas elecciones es la eliminación del padrón electoral de los 300.000 muertos durante el terremoto del pasado 12 de enero, una tarea que parece imposible, pues gran parte de los fallecidos fueron enterrados en fosas comunes. Diez millones de haitianos están convocados a las urnas.

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