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Celebración repartida en el súperdomingo electoral de Argentina

Más festejo local

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El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, sube al escenario en apoyo al candidato a la alcaldía de Buenos Aires de la conservadora propuesta republicana (PRO), Horacio Rodríguez Larreta. /EFE

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BUENOS AIRES.- Pareciera que los argentinos se resisten el cambio. Cinco elecciones se habían convocado para este domingo, y en todas ellas confirmaron su victoria los partidos que ya gobernaban.

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La ciudad es insistente con su voto: Rodríguez Larreta consiguió el 45,6 % de los sufragios, de la misma manera que Macri obtuvo en las mismas elecciones de 2007 y 2011 una adhesión no inferior a esa cifra. En las primarias, el PRO había sacado el 47,3 % de los votos entre sus dos precandidatos, Rodríguez Larreta y Gabriela Micchetti, ya recompensada como compañera de Macri en su fórmula presidencial. En definitiva, no se ha movido el amperímetro.

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Los bailes televisados con los que el PRO celebra su victoria en la capital muestran un triunfalismo desorbitado para el alcance que tiene en otras regiones. Macri no llega a proyectarse ni siquiera en la cercana provincia de Buenos Aires, decisiva por albergar al 37 % del padrón nacional, pero que es casi un páramo para su partido. Y en las elecciones de Córdoba, sin candidato propio, su apoyo al radicalismo no conmovió al electorado.

Más festejo local

La provincia de Córdoba, la segunda más importante del país, ha sido refractaria a formaciones nuevas. Hasta 1999 estuvo en manos de radicales, y desde entonces ha sido constante la victoria peronista del Partido Justicialista (PJ) –que no kirchnerista– de mano del gobernador José Manuel de la Sota, que ganó en tres ocasiones, y de su aliado Juan Schiaretti, que ahora repite mandato con el 38 % de los votos tras su gestión entre 2007-2011.

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