Este artículo se publicó hace 17 años.
Chávez afirma que ya se ha reunido con las FARC
El encuentro cuenta con el beneplácito del Gobierno colombiano y de los familiares de los secuestrados
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se ha reunido con un enviado de la mayor guerrilla izquierdista de Colombia, en un avance en el proceso de mediación para lograr la liberación de un grupo de rehenes secuestrados por las FARC.
Se trata del primer encuentro en la historia reciente de un mandatario extranjero con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Chávez, que actúa bajo la petición del Gobierno del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, y con el beneplácito de los familiares de los secuestrados, no reveló los detalles de este encuentro, ni la identidad de su interlocutor.
"Hoy me reuní varias horas con el enviado de Manuel Marulanda (líder de las FARC). Fue la primera reunión, seguirán otras, tratando de buscar una solución, pero no es fácil", dijo Chávez durante un acto celebrado en el estado Carabobo, al norte del país.
El presidente anunció que en las próximas horas continuarán las conversaciones, aunque no precisó cuándo ni con quién.
Pruebas de superviviencia
Chávez dijo el lunes que Marulanda, alias "Tirofijo", ordenó pruebas de supervivencia de los rehenes en poder del grupo guerrillero como parte de los avances de un acuerdo que posibilitaría su liberaión.
Entre los rehenes que las FARC buscan intercambiar por cientos de guerrilleros encarcelados figuran la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadounidenses, un ex gobernador, cinco ex congresistas y varios efectivos de las Fuerzas Armadas.
El Gobierno colombiano dijo en Bogotá que se enteró por los medios de comunicación de la reunión entre Chávez y las FARC y cuestionó que Caracas no le suministró ninguna información al respecto. Horas antes del anuncio de Chávez, Uribe pidió paciencia y prudencia en la misión de facilitación de su homólogo venezolano.
Retirada del Ejército
Las FARC exigieron inicialmente al presidente colombiano retirar sus Fuerzas Armadas de una zona de 780 kilómetros cuadrados para que delegados de las dos partes se reunieran a negociar un acuerdo que debe incluir la liberación de los rehenes y la excarcelación de rebeldes.
Pero el mandatario colombiano, quien con el apoyo de Estados Unidos mantiene una agresiva campaña militar contra la guerrilla a la que obligó a replegarse, se niega con el argumento de que los rebeldes buscan sacar provecho de una región estratégica para el tráfico de drogas y de armas.
Las posiciones inflexibles de las partes han impedido un acuerdo para poner fin a la crisis de rehenes, algunos próximos a cumplir 10 años en cautiverio en campamentos rebeldes en medio de la selva.
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