Este artículo se publicó hace 13 años.
Los chiíes llevan su protesta al Palacio Real en Bahrein
La Policía ha cortado el paso a miles de manifestantes chiíes que exigían reformas democráticas
Las protestas de la mayoría chií en el pequeño reino de Bahrein amenazan con convertirse en una confrontación sectaria entre ellos y la minoría suní que ejerce el poder en la isla a través de la familia real. La Policía ha cortado este viernes el paso a miles de manifestantes chiíes que intentaron marchar hasta el Palacio Real para exigir las reformas democráticas que han motivado las protestas de las últimas semanas en esta isla en el golfo Pérsico que alberga la más importante base de la Marina de EEUU en la región.
A la entrada del barrio donde reside la familia real y otra gente del establishment suní, centenares de vecinos armados con palos y cuchillos esperaban a los manifestantes. Más de 200 agentes antidisturbios han evitado un choque abierto entre ambos grupos. Los suníes lanzaron piedras, a lo que las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos. "La familia real tiene muchos palacios y casas en este barrio. Somos gente pacífica, sólo queremos ir a sus casas y reclamar nuestros derechos. El poder no debería pertenecer a una sola familia sino a todo el pueblo", ha proclamado Ahmed Jaafar, uno de los chiíes en la marcha.
Desde que comenzaron las protestas en febrero, inspiradas en las revueltas de Túnez y Egipto, siete personas han muerto en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Miles de jóvenes siguen ocupando la plaza de la Perla, una gran rotonda en el distrito financiero de Manama, la capital del reino.
Los sectores más moderados entre el 60% de los ciudadanos bahreiníes que son chiíes más de la mitad de los 1,2 millones de habitantes son extranjeros empiezan a temer que las reivindicaciones de más derechos para este grupo religioso pueden acabar en una lucha sectaria con los suníes. Algunos líderes moderados habían pedido cancelar la marcha de este viernes hacia el Palacio Real.
Violencia sectaria"Recuerdo a todos, suníes y chiíes, que está prohibido derramar la sangre de cualquier persona bajo cualquier pretexto. Pediremos cuentas a aquellos que inciten a la violencia sectaria", advirtió en su sermón de los viernes el jeque Issa Qassim, el máximo clérigo chií de Bahrein.
Los chiíes moderados, liderados por el partido Wefaq, han protagonizado este viernes otra manifestación que terminó en la rotonda de la Perla. Ellos exigen una reforma constitucional que da más poder al pueblo. Mientras, los partidos chiíes más radicales que estaban detrás de la frustrada marcha hacia el Palacio Real quieren un fin de la monarquía del rey Hamad bin Isa al Jalifa. Este movimiento preocupa mucho al gran vecino, Arabia Saudí, cuya familia real también es suní y que cuenta con una importante minoría chií que vive en las zonas de los pozos de petróleo.
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