Este artículo se publicó hace 2 años.
China reivindica su "papel constructivo" como mediador entre Rusia y Ucrania
Pekín puede convertirse en la llave del conflicto, después de una inicial posición ambigua tras la la invasión de Rusia a Ucrania el pasado 24 de febrero. El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, anuncia que da un paso al frente para ofrecer asistencia humanitaria e informa que ya está mediando entre ambos países.
China ha defendido este lunes su papel como mediador entre Rusia y Ucrania. "China está dispuesta a seguir jugando un papel constructivo a la hora de facilitar el diálogo y trabajar con la comunidad internacional cuando la situación lo demande", ha asegurado su ministro de Exteriores, Wang Yi, a los medios aprovechando la reunión de la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Legislativo chino).
Con la invasión rusa en Ucrania y su avance hacia Kiev, China se encuentra en una posición incómoda. La relación entre Xi Jinping y Vladimir Putin refleja la considerada como "era dorada" entre China y Rusia. Lo que en un principio parecía un apoyo a las reclamaciones rusas y sus preocupaciones de seguridad, ha desembocado en un paulatino enfriamiento por parte de Pekín. A pesar de esto, Wang Yi ha evitado utilizar el término "invasión" en sus comparecencias desde el inicio del conflicto, a la vez que ha apostado por el diálogo.
El canciller chino ha resaltado este lunes que Pekín ha trabajado para "promover las conversaciones" entre Rusia y Ucrania y que "ha estado en contacto cercano" con ambos países. "Hay que promover la paz y el diálogo, y China ya ha hecho algunos esfuerzos al respecto. Ha habido dos rondas de negociaciones y esperamos que haya una tercera. Cuantas más divergencias, mayor es la necesidad de sentarse a negociar", ha declarado Wang.
Pekín es el principal socio comercial de Ucrania, donde ha invertido 7.000 millones desde 2017. Por tanto, la guerra está provocando también serias pérdidas económicas para las empresas chinas.
China cuenta con un principio de política exterior de no interferencia y de no desarrollar alianzas militares (cuya única excepción es el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua con Corea del Norte) por lo que su postura actual es congruente. El pasado 4 de febrero Putin y Xi mantuvieron un encuentro previo a la inauguración de los JJOO de Invierno de Pekín, en el que la cuestión ucraniana ya estuvo latente. De esa reunión salió una declaración conjunta en la que se señaló que las partes se oponen a una mayor expansión de la OTAN y piden que la Alianza Atlántica "abandone los enfoques ideologizados de la Guerra Fría, respete la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países".
El gobierno chino tiene sus propios conflictos territoriales (Tíbet, Xinjuang o Hong Kong) y siempre ha instado a que ningún país extranjero intervenga en ellos. Por tanto, resulta difícil de imaginar que Pekín reconozca a las dos provincias separatistas ucranianas, puesto que podría volverse en su contra. También está la cuestión de Taiwan, sobre la que Wang ha remarcado en su comparecencia que no se puede comparar con el conflicto en Ucrania, puesto que consideran a la pequeña isla vecina "parte inseparable" de su territorio administrado y "es un asunto interno" de China.
Rusia y China no son aliados militares, y eso es algo difícil de creer por parte de EEUU, que considera que Pekín apoya tácitamente la invasión. No obstante, tras la celebración de la Conferencia de Seguridad de Múnich, la posición china sobre este asunto es clara: "La soberanía, la independencia y la integridad territorial de cualquier país deben ser respetadas y salvaguardadas".
El régimen chino entiende las preocupaciones de seguridad del Kremlin, pero no necesariamente comparte sus acciones. Las relaciones entre ambas potencias son sólidas, de hecho, el ministro de Exteriores chino ha calificado a Rusia como el "socio estratégico más importante" de Pekín. Por tanto, por mucho que Occidente presione al gigante asiático por no condenar la guerra en Ucrania, Wang ha subrayado que "la amistad entre los dos pueblos es férrea" y ha insistido en pedir una salida diplomática a la crisis.
Esta postura moderada y pausada por parte de China se evidencia en las declaraciones del embajador chino ante Naciones Unidas, Zhang Yesui, quien cree que "la puerta para una solución pacífica todavía no se ha cerrado" recordando que el respeto a la integridad y soberanía territorial es un principio fundamental de la política china.
La asociación estratégica entre Pekín y Moscú "contribuye a la paz mundial" según ha dicho Wang Wi, por lo que el papel que dice asumir en la crisis ucraniana se prevé será moderado, a pesar de inclinarse cautelosamente hacia el lado del Kremlin.
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