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Cientos de miles de personas en EEUU huyen del huracán 'Irene'

La tormenta pierde fuerza al llegar a la Costa Este, pero las autoridades mantienen las órdenes de evacuación

BEATRIZ JUEZ

Irene madrugó. El huracán tocó tierra en Estados Unidos ayer a las 7:30 de la mañana (hora local) cerca del cabo Lookout, en Carolina del Norte, más debilitado de lo previsto inicialmente. El ciclón azotó la Costa Este con fuertes vientos, lluvias torrenciales y fuerte marejada, provocando inundaciones, cortes de luz y dejando una ola de destrucción a su paso. Al menos cuatro personas murieron en Carolina del Norte.

Trece Estados declararon el estado de emergencia, desde las Carolinas hasta Ma-ssachussets. Más de dos millones de personas fueron evacuadas y se cancelaron más de 10.000 vuelos este fin de semana en el noreste del país.

Los cortes de electricidad por la tormenta afectan a 400.000 personas

Aunque el huracán perdió intensidad y bajó a categoría uno, de las cinco posibles en la escala Saffir-Simpson, las autoridades advirtieron a los estadounidenses de que no se confíen porque Irene sigue siendo una tormenta muy peligrosa. También señalaron que el huracán podría producir tornados, que aumentarían el poder destructivo de una tormenta que podría afectar a más de 65 millones de personas. El presidente Barack Obama, que tuvo que acortar un día sus vacaciones, visitó ayer la sede de FEMA, la agencia gubernamental encargada de la respuesta a los desastres naturales.

Los habitantes de la costa almacenaron agua y comida ante la previsión de que tendrán que pasar el fin de semana encerrados en casa. Uno de los temores es quedarse varios días sin luz, como les ocurrió ayer a más de 400.000 personas. Los generadores de luz, las linternas, los faroles y las pilas se agotaron rápidamente en las tiendas.

El huracán también provocó reuniones familiares improvisadas. Doris y Ben Haskel, una pareja de ancianos que vive en Chevy Chase (Maryland), tenían la casa llena de familiares: una hija, dos nietos y sus respectivas parejas y cuatro biznietos. Ben, que tiene 101 años, explicaba a sus familiares que él sobrevivió en 1938 el huracán de Nueva Inglaterra, conocido como el Long Island Express, cuando estaba trabajando en esta zona costera del estado de Nueva York. El dueño del hotel en el que él se alojó murió.

Nueva York cierra el transporte público por miedo a inundaciones

Aunque la familia Haskel había previsto pasar juntos el fin de semana, el huracán adelantó los planes. Su nieto, Matthew Maserati, un médico de 34 años, tenía una entrevista de trabajo en Greenville (Carolina del Norte), pero la cancelaron por el huracán. Así que él y su familia se marcharon a casa de sus familiares a las afueras de Washington.

Maserati explicó que 'la gente de Carolina del Norte quería asegurarse de que tenía agua y linternas por si se iba la luz. Estaban muy tranquilos porque ya habían pasado por huracanes antes. La gente que venía de fuera estaba más preocupada y quería irse del pueblo lo antes posible'.

Su hermana, Sarah Bram-well, abandonó su apartamento en Manhatttan y se refugió con su familia en Chevy Chase. Bramwell explicó que la gente en Nueva York 'estaba en estado de pánico ante una situación desconocida como es la de un huracán aproximándose a Manhattan'.

En Nueva York, donde la tormenta llegó de madrugada, las autoridades locales ordenaron la evacuación de 370.000 personas como medida de precaución y el cierre del sistema de transporte público ante el temor de que el metro pudiera inundarse tras el paso del Irene por la Gran Manzana.

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