Este artículo se publicó hace 15 años.
La clase media amenaza a los grandes en la Premier
El Liverpool no es el único de los favoritos que va a sufrir esta temporada
Rafael Benítez empezó la Premier muy bravo con quejas contra algunos árbitros. Cómo serán sus problemas que este fin de semana su equipo perdió por un solo gol que no debió subir al marcador (el famoso 'pase' de la pelota de playa) y esta vez prefirió no hacer leña del árbitro caído.
El juego del Liverpool ante el Sunderland fue tan mediocre que no había lugar para las excusas. Esta semana, le esperan el Lyon y el Manchester United, dos citas difíciles que se tornan en dramáticas si continúan lesionados Torres y Gerrard. “Sólo me queda rezar”, dijo Benítez.
Mal asunto. Por lo que parece, Dios ha decidido conceder sus volátiles favores a los clubes de la clase media de la Premier. No son exactamente los desposeídos de la Tierra, pero a principios de temporada no soñaban con hacer sombra a la clase alta de la Liga.
Manchester City, Tottenham, Aston Villa y Sunderland han descubierto que los grandes son vulnerables. “Ves que cada vez más gente piensa que los cuatro grandes no son tan invencibles como parecía”, ha dicho Mark Hughes, entrenador del City.
Cierto, no lo son. El United ha recuperado el liderato y llama la atención que Ferguson no esté tranquilo. Tiene que ser consciente de que el jugador que le ha resuelto varios partidos, Ryan Giggs, está a punto de cumplir 36 años.
El Chelsea empieza a comprobar que con la edad se pierden facultades. Tras su segunda derrota, está claro que algunas cosas fallan en el equipo más veterano entre los 'top four'. Junto con el Liverpool, tiene la defensa que más porcentaje de goles recibe a balón parado (seis de ocho). Su casi infranqueable retaguardia sufre esos errores de concentración con los que se suelen perder Ligas.
El Arsenal camina más frescoEl Arsenal, también con dos derrotas, camina más fresco. 27 goles en ocho jornadas animan al optimismo, aún más si contamos que hasta 15 de sus jugadores han marcado. Eso es una garantía para el momento en que lleguen las lesiones. Wenger no tiene de momento la tentación de caer en las virtudes de la oración, como le pasa a Benítez.
No ganar la Liga es una gran decepción para cualquiera de estos equipos. Hay algo peor y se llama bancarrota. Tal y como están las cosas, parece muy probable que alguno de los cuatro grandes se quede fuera de los puestos de Liga de Campeones. Y no pueden permitirse dejar de viajar en primera clase.
Manchester y Chelsea arrastran una deuda cercana a los 765 millones de euros. Cada uno. La del Arsenal es de 465 millones y la del Liverpool supera los 300. Perder los ingresos de la Liga de Campeones obligaría a un brutal recorte de gastos. Y en el Reino Unido, no hay cajas de ahorros que concedan alegremente créditos para sacar a los clubes de la burbuja en que han vivido.
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