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Clinton recibe en Washington a los líderes opositores sirios en el exilio

EEUU advierte a Al Asad que 'ha perdido su legitimidad' en los mismos términos que usó con Mubarak y Gadafi

ISABEL PIQUER

La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, recibió ayer en Washington a un grupo de la oposición siria para evaluar la situación después de los brutales enfrentamientos del fin de semana.

Era la primera vez que Clinton se entrevistaba con activistas sirios desde que empezó la represión, un claro mensaje al régimen de Bashar al Asad de que EEUU está muy pendiente de la crisis en este país. Entre los asistentes se encontraba el embajador estadounidense en Siria, Robert Ford, quien ya se ha visto con Barack Obama y tenía previsto encontrarse con varios dirigentes del Congreso para informarles.

EEUU descarta una intervención militar porque no puede abrir un cuarto frente

El Departamento de Estado no dio detalles del encuentro pero volvió a reiterar en un comunicado, con un lenguaje cada vez más duro, que 'el presidente Al Asad ha perdido su legitimidad', palabras muy parecidas a las que ya usó en su momento con Hosni Mubarak y Muamar Gadafi.

Entretanto, el Consejo de Seguridad avanzaba a paso de tortuga para tomar la decisión de sancionar a Siria. El órgano decisorio de la ONU sereunió de nuevo ayer, tras una sesión infructuosa el lunes, en busca de una postura común, pero no consiguió ponerse de acuerdo sobre los términos de una resolución de condena.

Rusia, aliado tradicional de Siria y uno de los países que ve con más reticencia un pronunciamiento internacional, aseguró que no estaba totalmente en contra de aprobar un texto. El ministro ruso para Oriente Próximo, Sergei Vershinin, dijo que su país no descartaba 'categóricamente' la idea de una resolución, pero también advirtió de que 'cualquier presión' contra el Gobierno de Al Asad sería 'mala'. 'Queremos menos derramamiento de sangre y más democracia', afirmó.

El Consejo de Seguridad sigue intentando acordar una resolución

Damasco también está usando sus armas diplomáticas. El viceministro de Asuntos Exteriores sirio, Faisal Mekdad, pidió a India, que asume este mes la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad, que ignore la 'propaganda' occidental y rechace 'usar la ONU como foro para respaldar el terrorismo y el extremismo y la matanza de inocentes'.

Washington no quiere verse envuelto en el tema sirio como le ha pasado con Libia, pero tampoco puede quedarse de brazos cruzados. Hasta ahora, su postura ha sido relativamente discreta pero podría cambiar si los acontecimientos siguen agravándose.

El pasado domingo, pese a estar enfrascado en la batalla de la deuda estadounidense, el presidente Obama se mostró 'consternado' por la campaña de represión desplegada por el régimen sirio, y aseguró que el país sería 'un lugar mejor' con 'una transición democrática' pacífica y ordenada.

'A través de sus propiasacciones, Bashar al Asad está garantizando que él y su régimen quedarán en el pasado, y que el valiente pueblo sirio que se ha manifestado en las calles determinará su futuro', proclamó el mandatario en un comunicado difundido por la Casa Blanca.

De momento, el Pentágono descarta toda intervención militar. En Bagdad, el jefe del Estado Mayor Conjunto, el almirante Mike Mullen, aseguró que 'no hay indicaciones de que los estadounidenses vayan a involucrarse' en el tema sirio. 'Políticamente y diplomáticamente queremos ejercer toda la presión posible', añadió Mullen, pero nada de despliegue de tropas.

De hecho, aunque quisiera, no tendría los medios para abrir un cuarto frente en Oriente Próximo. Los gastos de Defensa han sido los más directamente afectados por los recortes aprobados este fin de semana para atajar el colosal déficit estadounidense.

El senador republicano Lindsey Graham, uno de los miembros más influyentes de la comisión de Exteriores del Senado, declaró por su parte que EEUU no tiene en la zona 'el poder aéreo del que dispone en Libia' y que por tanto debía asumir un papel secundario, quizá detrás de Turquía 'que podría liderar una coalición para decirle a Al Asad que se vaya'. Graham sostuvo que Damasco 'está poniendo en peligro todos los logros de la primavera árabe'.

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