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Columna de nube, columna de fuego

Si Israel invade Gaza de nuevo, la Operación plomo Fundido se quedará ennada compaardo con esto. El objetivo principal sería derrocar a toda costa a Hamás

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

En el tercer día consecutivo de la operación israelí Amud anan, ‘Columna de nube', contra la franja de Gaza se han intensificado los debates acerca de si Israel debe o no llevar a cabo una invasión terrestre de la franja de Gaza, una posibilidad que en estos momentos están considerando seriamente las cúpulas política y militar.

El ex ministro de Defensa Binyamin ben Eliezer cree que todavía no ha llegado el momento de una invasión terrestre, aunque no la descarta. Una operación de este tipo, en el caso de que finalmente se lleve adelante, debería ser más resolutiva que la de Plomo Fundido de hace cuatro años, es decir debería perseguir el derrocamiento de Hamas y su sustitución definitiva por un gobierno afín al de Mahmud Abás.

La aplastante superioridad militar de Israel no ha podido silenciar los cohetes procedentes de Gaza, y no parece que los pueda silenciar si no entra en acción la infantería. Casi 300 cohetes han caído en ese país en los últimos tres días. Ciudades importantes como Ashkelón, Ahsdod, Sderot, Kiriat Malaji, Bersheba y otras muchas se han paralizado casi completamente -igual que las ciudades de Gaza- y sus habitantes viven pendientes de las sirenas de alarma y de los refugios antiaéreos.

Ayer, cuando faltaban veinte minutos para las 7 de la tarde, las sirenas sonaron en Tel Aviv y poco después un cohete impactó, sin causar daños, en una zona abierta de Bat Yam, una localidad situada justo al sur de Tel Aviv y que forma parte de su área metropolitana, algo que no ocurría desde la guerra del golfo de 1991, cuando Sadam Husein disparó varios cohetes Scud contra esa ciudad.

La llamada de 30.000 reservistas es el preludio de que Netanyahu baraja la incursión Una hora después del impacto, el Ejército confirmó que ha pedido al gobierno de Binyamin Netanyahu autorización para reclutar a 30.000 reservistas, una medida que parecía inevitable después de una lluvia tan intensa de cohetes y de la muerte ayer de tres israelíes que fueron alcanzados por un cohete en Kiriat Malaji.

El reclutamiento de los reservistas es el primer paso en la dirección de una invasión de la franja de Gaza, una posibilidad que se sigue barajando pero que no se ha anunciado de una manera oficial, tal vez porque el Gobierno no quiere iniciar una aventura de este tipo cuando apenas faltan dos meses para las elecciones.

En medios políticos se afirma que Netanyahu está sopesando los pros y los contras antes de embarcarse en el viaje de la invasión. Israel es un país en el que a lo largo de su historia se han producido guerras poco antes de los comicios en muchas ocasiones. Los líderes hebreos han considerado que podía servir a sus intereses en esos momentos.

En los mismos medios se señala que las ventajas que presenta el conflicto para Netanyahu son muchas, principalmente porque sitúa a Netanyahu y a su ministro de Defensa, Ehud Barak, en el centro de las noticias de los periódicos, la radio y la televisión. Además, relega a una posición sin importancia otras cuestiones que deberían estar en el centro de la campaña electoral, como es el caso de las reclamaciones sociales y económicas de la población.

El primer ministro de Hamas, Ismail Hanniya, se dirigió ayer a los palestinos de Gaza para comunicarles que la resistencia 'está preparada' para una invasión, y que de la misma manera que hace cuatro años, en Plomo Fundido, aguantaron más de veinte días, ahora podrían aguantar 'muchos, muchos días más'.

Hay pocas dudas de que si Netanyahu y Barak entran en Gaza por tierra su objetivo será acabar con el gobierno de Hamas, pero no está claro cómo será la época post Hamas en ese supuesto, puesto que los islamistas cuentan con un respaldo considerable en la franja de Gaza, tal vez superior al de Fatah, y además están relativamente bien armados.

En el momento de redactar estas líneas, el primer ministro egipcio, Hisham Qandil, se encuentra en Gaza en una visita de varias horas. Ha sido el presidente Muhammad Mursi quien lo ha enviado en un gesto sin precedentes. Egipto ha tomado ya algunas medidas ante el conflicto pero nunca había enviado a su primer ministro a Gaza en señal de solidaridad con la población palestina en unos momentos tan difíciles.

Los bombardeos sistemáticos en Gaza han causado la muerte de al menos 19 palestinos, incluido un bebé de diez meses, y han dejado decenas de heridos, pero una invasión terrestre sería sin duda mucho más mortífera.

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