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La comisión sobre la guerra de Líbano absuelve a Olmert

El primer ministro israelí Ehud Olmerte recibió ayer un balón de oxígeno cuando supo que la comisión Winograd, que investiga el comportamiento de políticos y militares hebreos durante la guerra del Líbano,

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, recibió ayer una de las mejores noticias de su mandato cuando supo que la comisión Winograd, que investiga el comportamiento de los políticos y militares hebreos durante la guerra de Líbano del año pasado, no establecerá responsabilidades personales en el informe que está elaborando.

En contra de lo que estaba previsto, fuentes de la comisión citadas por los medios de comunicación locales indicaron que el informe únicamente fijará conclusiones y recomendaciones generales, sin mencionar por su nombre a los políticos y militares que tomaron decisiones durante la guerra.

Esta noticia da un balón de oxígeno a Olmert puesto que el primer ministro estaba en la cuerda floja ante la posibilidad de que la comisión Winograd lo señalara como responsable último del desaguisado que, en opinión de muchos israelíes, fue la guerra contra las milicias de Hizbolá, que se prolongó durante 34 días a partir del 12 de julio de 2006.

Baja popularidad


Durante ese periodo Hizbolá mató a 119 soldados israelíes y a 43 civiles y mantuvo en jaque a toda la población del norte de Israel hasta el último día del conflicto. Mientras la popularidad de Olmert subió como la espuma en los primeros días de guerra, al término del conflicto la inmensa mayoría de los israelíes exigieron su dimisión.

Los analistas explican que la decisión de no mencionar por sus nombres a políticos y militares en las conclusiones obedece a la intención de la comisión Winograd de poner fin a la investigación antes de finales de año, porque de otra manera el informe podría demorarse indefinidamente.


Al no establecer conclusiones personales, no será necesario que los políticos y militares que participaron en la guerra declaren ante la comisión. El principal beneficiado de esta decisión es el propio Olmert que de esta forma verá aliviada una vez más la presión de quienes exigen su dimisión.

Esa fue la buena noticia del día para Olmert. La mala se produjo a lo largo de la mañana y se repetirá el jueves. Varios responsables de la unidad antifraude de la policía israelí interrogaron al primer ministro
en su residencia oficial de Jerusalén durante cinco horas acerca de un presunto casode corrupción.

La policía trata de determinar si Olmert modificó, cuando era ministro de Economía, las condiciones para la adquisición del banco Leumi en 2005, con el fin de ayudar a un empresario amigo suyo que al final optó por no comprar el banco.

Olmert asegura que actuó correctamente en todo momento y dice estar convencido de que la investigación se archivará sin consecuencias.
Cuando concluyan las pesquisas, la unidad antifraude elaborará un informe que entregará a la Fiscalía General, quien decidirá si la Policía continúa con las indagaciones. D

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