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Condena a un militar de EEUU por mutilar afganos

El líder del equipo asesino' en Afganistán podría quedar en libertad dentro de ocho años

REUTERS

Un tribunal militar estadounidense declaró ayer culpable al sargento Calvin Gibbs de asesinar a civiles afganos desarmados y cortarles los dedos para exhibirlos como trofeos de guerra mientras lideraba el equipo asesino, un pelotón 'fuera de control' en la provincia de Kandahar.

Tras una investigación de 18 meses, los cinco miembros de la corte consideraron a Gibbs, de 26 años, responsable de todos los cargos que pesaban contra él, entre los que destacan asesinar a civiles, agredir a un compañero y conspiración. El veredicto de culpabilidad significa automáticamente una pena de cadena perpetua, pero el condenado podrá recurrir la sentencia pasados ocho años y medio para intentar lograr la libertad condicional.

Gibbs mató a civiles afganos y les cortó los dedos como trofeos de guerra

Durante el juicio, se mostraron varias fotografías en las que se podía ver a Gibbs y a otros soldados posando al lado de varios cadáveres ensangrentados, lo que provocó paralelismos con la publicación de varias fotos sobre abusos a presos en la cárcel iraquí de Abu Ghraib en 2004.

La investigación, que comenzó por el consumo de drogas en una división, concluyó que el equipo asesino mutiló a sus víctimas para llevarse recuerdos de sus actos. De hecho, uno de los soldados implicados, Jeremy Morlock, reconoció que se habría llevado consigo un dedo.

Asimismo, Morlock agregó que Gibbs eligió a las tres víctimas al azar, después todos participaron en su ejecución y al finalizar lanzaron granadas contra un muro para poder presentar las muertes como bajas en combate.

El sargento elegía sus víctimas al azar y las camuflaba como bajas en combate

El sargento ha mantenido su inocencia a lo largo del juicio y ha argumentado que dos de los asesinatos fueron en defensa propia y que no participó en el otro.

También negó haber colocado armas cerca de los cuerpos para hacer pasar a los civiles por combatientes. Gibbs hizo un alegato en defensa propia en el que aseguró haberse 'disociado' de sí mismo durante sus acciones en combate y vinculó la amputación de los dedos con cortar la cornamenta a un ciervo como trofeo de caza.

Sin embargo, el fiscal militar Dan Mazzone afirmó que Gibbs mató simplemente porque quería matar. El fiscal añadió que el acusado lideró a un grupo de soldados que agredió y amenazó a un compañero que denunció el uso de drogas en la unidad. Antes de conocer la pena, fueron condenados los otros acusados: Jeremy Morlock, a 24 años de prisión, Adam Winfield, a tres y Andrew Holmes, a siete.

Ayer, en el este de Afganistán, un grupo de talibanes apedreó a una mujer y a su hija, según informaron fuentes de las Fuerzas de Seguridad a la BBC.

Los extremistas, que habían acusado a la mujer de 'desviación moral y adulterio', cometieron el crimen a tan sólo 300 metros de la oficina del gobernador de la provincia y cerca de una comisaría. Dos hombres han sido detenidos en relación con los hechos.

Los talibanes entraron en la casa donde la joven viuda vivía con su hija y las sacaron al patio, donde las apedrearon y después las mataron a tiros sin que nadie interviniese en su defensa.

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