Este artículo se publicó hace 4 años.
Coronavirus en los mercadosLa guerra de precios del petróleo satura el mercado mundial
La situación no podrá durar mucho tiempo puesto que pronto la capacidad de almacenamiento de los países consumidores llegará a su límite y Mohammed bin Salman o/y Vladimir Putin tendrán que dar su brazo a torcer.
Eugenio García Gascón
Jerusalén-
Dos de los mayores países productores de petróleo, Rusia y especialmente Arabia Saudí, incrementarán muy significativamente su producción a partir del 1 de abril después de que el último acuerdo entre la OPEC y sus aliados para controlar la producción haya expirado el 31 de marzo, creando una situación de crisis en las economías mundiales.
Desde principios de 2020 el precio del barril ha caído más de un 60 por ciento coincidiendo con la explosión de la pandemia de coronavirus, primero centrada en China pero ahora extendida al resto del mundo, y algunos expertos pronostican que el precio de este miércoles, el más bajo en 18 años, podría seguir cayendo a corto plazo hasta dejar el barril en 10 dólares.
La OPEC+, que incluye a Rusia, había intentado reducir el suministro desde el último acuerdo de 2017 pero no lo ha conseguido puesto que cada país defiende sus propios intereses. En marzo, el diálogo entre los productores se quebró después de que Moscú se negara a reducir su cuota a causa del coronavirus. Los saudíes decidieron entonces inundar los mercados con petróleo barato para dar una lección al presidente Vladimir Putin.
Con las economías mundiales funcionando a medio gas debido a la pandemia, la demanda mundial de crudo, que habitualmente es de 100 millones de barriles diarios, ha caído a plomo, alrededor de un 30 por ciento, de manera que a partir de ahora habrá en los mercados una cantidad de petróleo que excede en mucho las necesidades de los consumidores. La crisis, que en enero solo afectaba a China, se ha tornado global y la demanda se ha visto afectada.
En febrero la OPEC celebró varios encuentros en Viena donde se acordó reducir la producción para estabilizar el mercado, y se recomendó reducir la producción voluntariamente en los meses siguientes. Los saudíes se mostraron dispuestos a reducir 1 millón de barriles diarios, pero Rusia se negó a reducir su producción provocando en marzo la respuesta categórica de Riad.
En este contexto, las grandes compañías petroleras de Estados Unidos han comenzado a perder dinero a espuertas, lo que ha llevado a los senadores de Washington a amenazar a Arabia Saudí, el eslabón más frágil de la cadena, con sanciones si no se echa atrás.
El martes el presidente Donald Trump mostró por primera vez en público su intención de oficiar como mediador entre Riad y Moscú, con el fin de que la producción de Estados Unidos no sufra las consecuencias. Por un lado, los consumidores estadounidenses están encantados con la bajada de precios, pero por otro lado las grandes compañías afirman que pasado un punto la producción deja de ser rentable.
La gigantesca compañía Saudi Aramco emitió en marzo un comunicado en el que advertía que en abril produciría 12,3 millones de barriles diarios, es decir 2 millones más que en marzo. Otros grandes productores, como los Emiratos Árabes Unidos y Rusia, han dicho que están dispuestos a responder con la misma moneda, y en la misma línea se han expresado otros países.
En principio esta Guerra podría durar varios meses puesto que hasta junio no está prevista la próxima reunión de la OPEC+. Si Arabia Saudí y Rusia no entran en razón antes, la reunión de la OPEC+ podría aplazarse indefinidamente creándose una situación que carece de precedentes. Sin embargo, existen indicios de que la crisis no será tan larga.
El martes por la noche Trump dijo que había hablado con Putin y con el príncipe Mohammed bin Salman (MBS). Aparentemente, el presidente ruso se expresó en términos conciliatorios y coincidió con Trump en que se ha de buscar "estabilidad" en los mercados energéticos, mientras que el príncipe saudí no se mostró dispuesto a ceder. La posición de MBS no prevé ninguna concesión a menos que los grandes productores, incluidos los Estados Unidos, recorten su producción.
Hace una semana el secretario de Estado Mike Pompeo ya se dirigió a MBS pidiéndole diplomáticamente que "calmara el colapso de los mercados de la energía y del dinero". El martes Trump dio un paso más al reconocer que la guerra de precios "perjudica" al sector energético de Estados Unidos, y tras anunciar su conversación con Putin, los precios se recuperaron moderadamente.
La situación a día de hoy es que Arabia Saudí ya ha empezado a cargar grandes petroleros con rumbo a Europa y Estados Unidos con el incremento de su producción. Además está enviando petróleo a un gran depósito de almacenamiento que hay cerca del canal de Suez, un lugar desde donde se suele suministrar crudo al mercado europeo.
Naturalmente, una producción tan exagerada como la de hoy agotará pronto la capacidad de reservas y almacenamiento que tienen los países occidentales, lo que obligará a los países productores a reducir la producción y el suministro en un plazo de tiempo razonable.
En cualquier caso, hay analistas indican que los precios actuales son insostenibles y que de un modo u otro en los próximos días se hallará una solución que permita una recuperación de los precios y dé estabilidad al mercado del petróleo.
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