Este artículo se publicó hace 14 años.
La crisis torpedea la política de Obama en Oriente Próximo
Washington intenta salvar las negociaciones entre israelíes y palestinos
Isabel Piquer
No había mucho que torpedear, pero el ataque israelí a la flotilla humanitaria ha acabado de hundir los tímidos esfuerzos de EEUU en Oriente Próximo y puesto de relieve la indecisión del Gobierno de Barack Obama en un conflicto al que, finalmente, ha prestado bastante poca atención.
Washington ha tratado esta semana de mantener una cauta neutralidad diplomática pese al escándalo internacional. Israel tiene "preocupaciones legítimas en materia de seguridad" pero el bloqueo "impide que la gente" tenga perspectivas económicas, dijo hoy Obama en una entrevista en la CNN. El incidente de la flotilla es "una situación trágica" pero podría "servir de oportunidad" para reiniciar el proceso de paz, añadió.
Israel tiene "preocupaciones legítimas"
La única señal de un posible cambio de estrategia en el seno del Gobierno es lo que ha salido recientemente en la prensa en boca de un "alto funcionario del Gobierno".
Según esta fuente anónima, Washington considera que el bloqueo a Gaza es "insostenible", y es urgente encontrar un "nuevo enfoque" que alivie la situación humanitaria en la franja.
"Gaza se ha convertido en el símbolo en el mundo árabe del trato que dan los israelíes a los palestinos, necesitamos cambiar eso" declaraba esta semana a The New York Times, el "alto responsable". "Necesitamos que no haya razones para mandar una flotilla. Incluso Israel se da cuenta de que esto es insostenible", agregó.
Pero no hay medida concreta y las declaraciones de momento no se han materializado en nada oficial. "No estamos muy seguros de hacia donde van las cosas", reconocía otra fuente oficial al diario Washington Post.
El mandatario describe el asalto a la flotilla como "situación trágica" y como "oportunidad" para la paz
Las relaciones han empeorado en los últimos meses y la falta de química personal entre Obama y Binyamin Netanyahu, componente indispensable de cualquier iniciativa política de envergadura, es obvia.
Tras el incidente, el primer ministro israelí canceló la visita que tenía previsto efectuar a Washington el pasado martes aunque los dos hombres han mantenido conversaciones telefónicas a lo largo de la semana. El mandatario estadounidense sí se entrevistará con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, el próximo miércoles.
Si Washington quiere ahora reanudar un dialogo en coma, deberá primero encontrar algún tipo de apaño en el tema del bloqueo, en vigor desde la tomar de poder de Hamás en 2007. "Se puede hablar hasta la saciedad de las conversaciones indirectas de paz y gastar todo la energía que ha gastado Obama, pero es imposible ignorar una espina tan grande como Gaza", comenta Robert Malley, director del programa sobre Oriente Próximo del International Crisis Group.
Centrarse en lo esencial"Las conversaciones deben continuar a pesar del ataque", afirmó el enviado especial de EEUU en la zona, George Mitchell, en Belén. "Las recientes dificultades nos recuerdan la urgencia y la importancia del objetivo que nos hemos fijado", dijo.
Según David Makovsky, del Institute for Near East Policy, un grupo de reflexión próximo a la diplomacia israelí, la indecisión de la Casa Blanca beneficia los intereses de Netanyahu. "El Gobierno de Obama ha llegado a la conclusión de centrarse en lo esencial: el proceso de paz. Su actitud en esta crisis demuestra que ha comprendido que para eso necesita mantenerse cerca de Israel. La crisis de la flotilla también ha complicado seriamente las relaciones de EEUU con uno de sus más fieles aliados en la zona. Turquía, es la pieza clave en el tema que más preocupa a Obama: Irán, sobre todo después del reciente acuerdo alcanzado con Brasil para tratar el uranio de Teherán.
La Casa Blanca "está reaccionando a unos acontecimientos que debía haber intentado controlar. La confrontación en Gaza amenazaba con estallar desde hacía semanas; el Gobierno aconsejó a Israel a que actuara con cautela pero no con suficiente énfasis para marcar una diferencia", escribió hoy en el Washington Post el columnista David Ignatius: "Obama ha hablado mucho de mediación pero no ha hecho gran cosa. Y como dice Chas Freeman en su diccionario diplomático: si no estás sentado a la mesa, estás en el menú".
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