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Cuba prepara su patrimonio cultural para el turismo masivo

Fuentes oficiales estiman que 1,5 millones de estadounidenses visitarán la isla

GORKA CASTILLO

El tiempo permanece inmóvil en Trinidad. El autobús que llega por la carretera de Cienfuegos es un convoy lento en lucha contra el empedrado del asfalto. Junto a una casona de trazo colonial, dos jóvenes mestizos danzan una rumba a todo trapo mientras la muchedumbre mueve los pies sin despegarlos del suelo. Sobre ellos se derrama una luz de cuarzo, que comprime las pupilas y oscurece la piel.

Trinidad, la perla del Caribe, la que Fidel Castro quiso convertir en el símbolo patrimonial cubano, es hoy el vértice sobre el que gira la nueva estrategia turística de la isla, la ruta cultural que arranca en La Habana, se adentra en el interior del país zigzagueando como una cobra y concluye en Santiago aplastada por la indolencia del sol.

Un viaje de 1.000 kilómetros por un parque temático colonial levantado hace más de 400 años. Esta es la apuesta de desarrollo 'sostenible', que los responsables de la planificación del país han empezado a organizar para diferenciarse del modelo de crecimiento turístico salvaje que existe en los paises vecinos.

Pero el modelo cubano también se ha diseñado para canalizar un turismo que de levantarse las restricciones de viajes a los estadounidenses pondría a Cuba al borde del colapso. 'Tiene capacidad para ser la primera potencia de Latinoamérica. Posee el mismo sol que Dominicana e idénticas playas que México, pero su ventaja es el atractivo cultural de ciudades que permanecen inalterables desde la época colonial', explica Juan José Marcilla, director de la agencia española Advance Media, responsable de toda la publicidad que Cuba vende en España. Ciudades como Trinidad, Camagüey o Sancti Spiritus aguardan a los estadounidenses, pero sobre todo a españoles y canadienses.

Pero también hay desventajas. Una es la escasez de infraestructuras. Cuba cuenta con 319 hoteles que albergan 47.000 habitaciones. La mayoría están en la capital y, sobre todo, en Varadero. 'Muy pocas plazas ante una eventual abolición de las restricciones para viajar desde EEUU a la isla', asegura un empresario hostelero español que trabaja en La Habana. Hace días, la viceministra de Turismo, María Elena López, reconoció por primera vez que de restablecerse la relación con EEUU, 1,5 millones de estadounidenses se plantarían en la isla en 15 minutos.

Un 40% de visitantes más que cualquier otro año. ¿Está organizada Cuba para encajar este oleaje? 'Nosotros nos preparamos para el turismo internacional. También de EEUU', dijo López. Los profesionales del sector dudan de esta visión optimista, aunque lo dicen bajo la condición de mantener su identidad en el anonimato. 'No están preparados', añade un hostelero.

El ministro de Turismo, Manuel Marrero, aseguró a Público al concluir la Feria Internacional del sector celebrada en Cuba que el deseo de normalizar la visitas de estadounidense es un derecho histórico. 'Hasta 1962, el 90% de la presencia extranjera era de EEUU. Serán bien recibidos pero no a costa de aquellos inversores que arriesgaron en los momentos duros', dijo.

No todos piensan igual. El hostelero español afirma que a Cuba 'se le plantearía un grave problema por la falta de infraestructuras e indirectamente también político'. Pero de confirmarse la predicción del abordaje estadounidense, el turismo que en 2008 reportó ingresos de 5.000 millones de dólares a las arcas del Estado, desplazaría como motor económico a los servicios médicos que exporta por el mundo.

La mayor empresa inversionista de Qatar acaba de rubricar su entrada en el negocio turístico de lujo en Cayo Largo, por valor de 75 millones de dólares. El compromiso suscrito contempla ampliar la presencia árabe a otros sectores estratégicos. El director ejecutivo de la firma qatarí, Ghanm Bin Saad, adelantó en La Habana que estudian la creación de otras 80 empresas mixtas, el 51% del capital cubano y el 49% qatarí. 'En medio de la crisis económica mundial, Cuba es uno de los destinos principales de nuestro trabajo porque tiene firmes bases económicas', concluyó Saad.

A su lado, el gestor cubano del proyecto, Luis Miguel Díaz, se apresuró a matizar que la construcción de este complejo 'no responde a la futura demanda estadounidense'. Empresas chinas y españolas han visto las patas a este lobo árabe y han anunciado la edificación de 50 hoteles con capacidad para 50.000 turistas. Eso sí, muchos alejados de 'las jaulas de oro', como aquí se conoce a los resorts de Varadero. La idea es poner el pie en ciudades como Trinidad, donde el sol y la playa son convidados de piedra.

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