Este artículo se publicó hace 4 años.
El debate que esconde la rifa simbólica del avión presidencial mexicano
El presidente no quiere un gobierno rico con pueblo pobre, aunque el Boeing 787-8 sea una activo del Estado.
Anna Portella
Ciudad De México-
El presidente de México prefiere rifar simbólicamente el avión presidencial antes que aprovechar los casi 20 millones de euros anuales que los mexicanos pagarán para su manutención en los próximos dos años, si no se vende antes. Los lujos de la aeronave le generan rechazo moral.
El viernes ya anunció la fecha: el 15 de septiembre se celebrará la ya popularizada como "rifa del avión presidencial", si bien el premio no será la aeronave, sino su valor aproximado en efectivo –entre unos 103 y 115 millones de euros. Es la fórmula por la que ha optado el Gobierno federal para conseguir el dinero líquido de su valor mientras no aparece ningún comprador.
El presidente Andrés Manuel López Obrador no ha salido de la República mexicana en todo su mandato. Y cuando se desplaza, lo hace por carretera o en vuelos comerciales. Siendo presidente electo ya dijo que no usaría el lujoso Boeing 787-8. "No puede haber gobierno rico con pueblo pobre", suele decir, cuando habla de los excesos de sus antecesores.
En México, solo dos de cada diez ciudadanos no tiene ningún tipo de carencia. Del resto, hay desde los que por dinero se saltan alguna comida al día hasta los que viven en pobreza extrema, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
La ocurrencia del presidente se ha tildado de histórica; de "pendejada", como suelen decir los mexicanos, o de maniobra de distracción, para opacar un 2019 se cerró con el récord de 34.582 asesinatos, la crisis de desabasto de tratamientos para el cáncer de menores que hay en hospitales públicos, y la incertidumbre que genera una economía que no crece.
"Puede ser cortina de humo", asegura Manuel Tenedor, un dibujante mexicano que vive en la capital, "pero representa todos los lujos a los que el Ejecutivo renuncia", añade, el también conductor del podcast Ya te digo. "Una rifa suena muy ridículo, pero casi tan ridículo como que exista [ese avión] en un país como México", concluye.
El Gobierno publicó imágenes del interior de la nave cuando la puso en venta, hace más de un año. Tiene capacidad para 80 pasajeros, cama doble, salas de reuniones y oficina privada. "No lo tiene ni Obama", llegó a decir en una ocasión.
Tenedor es partidario de que el presidente se deshaga del avión, aunque sea con una rifa. "Podría tener un avión presidencial, como herramienta de trabajo, pero no este avión", dice.
Pero el hecho de que sea una herramienta de trabajo choca con las críticas de los que, como López Obrador, ven el uso del avión como una forma de aprovecharse personalmente de los bienes públicos.
"No es lo mismo un gobierno rico que gobernantes [que se hacen] ricos a cuesta del Estado. El avión era un activo del Estado", asegura el periodista Pablo Majluf. Para el, el discurso de Palacio Nacional se basa en aceptar la pobreza como virtud moral. "México se merecería un avión digno; aproximarse a la vida pública desde la abundancia, no desde la carencia", afirma, el colaborador de la revista Letras Libres, entre otros medios.
La venta de los números empezará el próximo 1 de marzo. Cada uno vale unos 24 euros y habrá cien premios de unos 952.000 euros cada uno. "Se estaba viendo que los cien puedan disponer de determinadas horas también, para que puedan ir a algún lado", afirmó López Obrador, el viernes. Surrealismo mexicano en estado puro.
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