El caso Bettencourt empieza a morderse la cola en los interrogatorios que ordena el fiscal Philippe Courroye para sus 'investigaciones preliminares'. Al menos eso es lo que se deduce de lo ocurrido ayer. Sólo un día después del interrogatorio por la policía del actual ministro de Trabajo Éric Woerth, hombre clave del caso, el jueves, los agentes de la Brigada Financiera colocaron de nuevo en arresto preventivo por unas horas e interrogaron ayer al gestor de fortunas de la multimillonaria y heredera de L'Oréal, Patrice de Maistre.

En su anterior detención e interrogatorio, el 15 y 16 de julio, el encargado de la 'optimización fiscal' de Liliane Bettencourt y de sus donaciones al partido conservador Unión para un Movimiento Popular (UMP), había reconocido una realidad inquietante para Woerth: dijo que sí se reunió varias veces con él, y además reconoció que había recibido a su esposa, Florence, antes de contratarla, sólo a causa de una sugerencia pronunciada por Éric Woerth, entonces tesorero de la UMP y posterior ministro del Presupuesto.

Woerth aseguró el jueves a los investigadores que nunca había intercedido para que su esposa consiguiese ese empleo.

Ayer, los agentes intentaron cotejar las versiones. Según Pascal Wilhelm, abogado de De Maistre, este 'aportó precisiones', porque se trataba de clarificar 'algunos recuerdos que podían divergir ligeramente'. Si se trató de 'clarificar' lo que 'divergía', entonces cabe entender que ahora, las declaraciones de Woerth y De Maistre concuerdan en lo que sostiene el ministro: que sólo hablaron de pasada de la contratación de Florence como gestora de la fortuna Bettencourt, de entre 17.000 y 15.000 millones de euros.