Este artículo se publicó hace 13 años.
La defensa de Assange cambia de táctica legal
Hoy concluye la vista sobre la extradición del editor de Wikileaks en Londres
El segundo capítulo de la batalla de Julian Assange contra la Justicia sueca se inició ayer en Londres con un cambio en la estrategia jurídica de la defensa del editor de la organización Wikileaks. Con el fin de evitar su extradición a Suecia para responder de los delitos de violación y asalto sexual, sus abogados adoptaron un punto de vista más técnico y menos agresivo en la presentación del recurso que el seguido por el letrado Mark Stephens en la vista anterior.
La vista del recurso, que continuará hoy, no es la última línea de defensa. Si el tribunal confirma la extradición, al fundador de Wikileaks aún le quedará la opción de recurrirlo ante el Tribunal Supremo.
Los abogados ya no menosprecian a las mujeres que le acusan de violación
A diferencia de Stephens, el nuevo abogado, Ben Emmerson, precisó que no tenía ninguna intención de menospreciar la actitud de las dos mujeres que acusan a Assange: "Nada de lo que digo debe interpretarse como una forma de denigrar a la denunciante, el carácter genuino de sus sentimientos o dolor, o trivializar su experiencia".
La defensa sostuvo que la descripción de los hechos que aparece en la demanda de extradición no se ajusta a lo que ocurrió en la relación de Assange con ambas mujeres. Están en su derecho de considerar su conducta "irrespetuosa, descortés o más allá de los límites aceptables" por ellas, pero el letrado insistió en que nada de lo que hizo Assange se considera delito bajo la ley británica. La base de la defensa es insistir en que las relaciones sexuales que existieron fueron consentidas. "Las palabras [de una de las presuntas víctimas] indican que ella no estaba disfrutando precisamente con lo que estaba ocurriendo. Pero no llegan hasta el punto de lo que consideramos en este país como falta de consentimiento".
Una de las acusaciones se refiere a unas relaciones sexuales sin condón. Según Emmerson, engañar a alguien sobre este punto no es constitutivo de delito en Inglaterra.
Todavía podría recurrir un fallo negativo ante el Constitucional
Las dificultades jurídicas que afronta el equipo de Assange son evidentes. Intentan hacer ver a los jueces británicos que la descripción que aparece en la orden de extradición redactada en Suecia no se ajusta a los hechos.
Pero la euroorden es el documento sobre el que se debe juzgar en Londres. En la primera vista, el juez ya dejó claro que no iba a decidir sobre el contenido del caso, porque eso era lo que debía realizarse en Suecia, no en Londres. Las autoridades europeas diseñaron las euroórdenes para facilitar la colaboración jurídica entre estados y convertir la extradición en un trámite limitado a cuestiones formales. Ese es el objetivo ante el que han chocado siempre los abogados de Assange.
Emmerson repitió los argumentos sobre el alcance de la extradición, dado que Assange no ha sido aún procesado en Suecia. En teoría, las autoridades suecas le reclaman allí para que sea interrogado, pero parece obvio que será formalmente inculpado después. Su abogado dijo ayer que utilizar la extradición sólo para permitir que continúe la investigación es "una utilización desproporcionada" del sistema jurídico europeo.
La vista continuará hoy con la exposición de motivos por parte de la acusación sueca representada por un abogado británico. Los jueces no están obligados a comunicar su veredicto tras el fin de la sesión. Pueden retirarse a deliberar y esperar varios días o semanas hasta comunicar su decisión.
Desde diciembre de 2001, Assange se encuentra en arresto domiciliario en una mansión del periodista británico Vaughan Smith, donde tiene que pernoctar todas las noches. Eso no ha impedido que por la mañana o tarde haya podido, además de comparecer en una comisaría, pronunciar varias conferencias.
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