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Dejan cinco cabezas cortadas ante un colegio de Acapulco

Los maestros llevan un mes en huelga por las amenazas de los narcos

MAJO SISCAR

México parece el plató de una película gore. El último corte, este martes, en la turística ciudad de Acapulco. A plena luz del día, aparecieron cinco cabezas humanas en estado de putrefacción delante de una escuela primaria.

Estaban dentro de una caja de madera y junto a unas cartulinas con amenazas al gobernador del Estado. Un día antes, a unos metros de ese mismo sitio, habían encontrado una camioneta de lujo incendiada con los cuerpos de cinco personas decapitadas. El fiscal de Guerrero, Alberto López, aseguró que los hechos se derivan de la reestructuración de las bandas de la delincuencia organizada, producto de las detenciones que han hecho las autoridades. Acapulco es uno de los focos de la espiral de violencia que azota el país y ha sido un lugar especialmente sanguinario.

'Es un nuevo mensaje de terror para el profesorado y para los padres'

El destino turístico de Frank Sinatra y otras tantas estrellas en el pasado también fue la primera urbe donde aparecieron cadáveres colgados de los puentes con mensajes amenazantes, antes de que el presidente, Felipe Calderón, emprendiese su costosa guerra contra el narcotráfico.

Sin embargo, la violencia no deja de crecer en el Estado. Paralelamente al hallazgo de las cabezas, apareció una pancarta que amenaza al profesorado. Los maestros de más de 300 escuelas públicas de la ciudad llevan un mes en huelga, desde que a finales de agosto decidieran cerrar las aulas por la inseguridad.

En este contexto, arrojar despojos humanos delante de un colegio 'es un nuevo mensaje de terror para el magisterio y para los padres', asevera el profesor Román López. Los colegios eran un lugar relativamente seguro hasta este año, cuando de las extorsiones y secuestros a hoteleros y grandes empresarios se pasó a amenazar a los maestros y a toda la sociedad.

'Nos extorsionan por teléfono y han secuestrado a compañeros'

'Los delincuentes llegan a esconderse a las escuelas y nos amenazan si no los dejamos entrar o si llamamos a la Policía. Los niños lloran y, a veces, hay que tirarse al suelo en medio de clase cuando se produce algún tiroteo en la calle. También han muerto estudiantes, aunque no dentro de la escuela. A nosotros nos extorsionan por teléfono e incluso han secuestrado a compañeros. Ya no hay ningún tipo de respeto', cuenta la maestra Aurisela Contreras. Por eso decidieron cerrar hace más de un mes las aulas, hasta que el Gobierno establezca mecanismos para frenar este acoso a las escuelas y al personal docente.

'¿Cómo se platica esto con los niños? Imagínese, no sé como decírselo y no ver en sus rostros este miedo, este terror, porque lo viven desde sus casas, donde quiera que se vayan a meter. Todos estamos secuestrados, mis hijos ya no quieren ir a comprar las tortillas porque pueden encontrarse con un coche con gente despedazada', espeta otra maestra.

Un taxista de la ciudad comentó a Público cómo la delincuencia les exige 5.000 pesos a cada taxi (unos 300 euros) y su nieta, alumna de Primaria, tiene que aportar diez pesos a su clase para pagar la extorsión que exigen a la escuela. Si no pagan, los amenazan con atentar contra los centros.

Los docentes aseguran que continuarán la huelga hasta que el Gobierno 'garantice la seguridad en los centros escolares y el trayecto de los maestros de su domicilio a la escuela y a la inversa', asegura el profesor López, de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero. El mismo día que aparecieron las cinco cabezas, 13 personas fueron asesinadas y otras cuatro heridas en esta ciudad de 700.000 habitantes.

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