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"Las deportaciones pretenden mantener la fantasía de un Estado todavía soberano"

Kalir Barak, profesor de la Universidad de Amsterdam, investiga las expulsiones en España, Grecia, Holanda, Ecuador e Israel.

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Kalir Barak, profesor de la Universidad de Amsterdam. / CORINA TULBURE

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BARCELONA.- Kalir Barak, profesor en la Universidad de Amsterdam, investiga sobre el régimen de las deportaciones en España, Grecia, Holanda, Ecuador e Israel. Cuando los Estados–nación están debilitados por la economía neoliberal transnacional, la fantasía de la soberanía de los Estados se mantiene mediante un régimen de deportación de los extranjeros.

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¿Qué te ha llevado a comparar las políticas de expulsión de España, Grecia, Holanda, Ecuador e Israel? ¿Por qué estos países?

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"A un europeo le cuesta aceptar que en Ecuador haya una política de migración más progresista que en Holanda, Reino Unido o España"

Por otro lado, Ecuador, tiene un régimen de deportaciones casi inexistente en comparación con los países de la UE o Estados Unidos. Lo tomé como ejemplo para demostrar eso. Europa se vanagloria de ser la cuna de los derechos humanos y de tener la política más progresista. Pero si prestas atención a los discursos políticos y a la práctica, te das cuenta de que tiene uno de los peores regímenes de expulsión del mundo, en comparación con Ecuador e incluso con otros países no signatarios de los Convenios de Ginebra, como Indonesia. A un europeo le cuesta aceptar que en Ecuador haya una política de migración más progresista que en Holanda, Reino Unido o España.
Precisamente en Ecuador acaban de implementar una normativa para convertir la migración en un derecho. No existen personas “ilegales”.

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"España, con una política de deportaciones moderada frente al resto de países de la UE, es el Estado europeo que deporta a más gente. Entre 2010 y 2014 deportó a 26.291 personas"

¿Quién cuida hoy en día a los ancianos europeos? ¿Quién lava los platos en los restaurantes? Filipinos, indios, latinoamericanos, personas de países de África. Expulsar a gente que vive y trabaja en Europa, a veces durante muchos años, que tiene hijos nacidos en Europa, es algo que no se puede explicar por una razón económica, social o incluso legal. Que el Estado invierta todo ese dinero en deportar a una persona tiene un objetivo más simbólico que práctico, ya que además la persona puede volver. Las deportaciones de migrantes pretenden mantener la fantasía de un Estado-nación todavía soberano.

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"Si sumamos toda la infraestructura, los policías y sus sueldos, el CIE, los juzgados, los abogados, médicos, trabajadores sociales y los vuelos sumamos más de 10.000 euros por deportado. Arreglar los documentos de las personas sin papeles no valdría eso"

El hecho de que los Estados puedan tener estas políticas tan regresivas es porque la sociedad civil le echa una mano. Por un lado uno puede pensar: “Qué bueno que existan estas ONG”; pero por otro lado, a través de ellas se legitiman estas políticas regresivas del Estado, porque muchas de estas ONG no tienen una actitud militante, que combata estas políticas y luche por otra política.

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"Expulsar a gente que vive y trabaja en Europa desde hace muchos años, que incluso tiene hijos nacidos aquí,
es algo que no se puede explicar por una razón económica, social o
incluso legal"

Es responsabilidad del Estado cumplir con los requisitos de esta ley, es su ley. Y eso muchas veces no pasa. Claro que hay mucha gente de la sociedad civil que critica la situación, pero también lo hacen muchos agentes del Estado: el sistema tal y como está montado no funciona. Los dos grupos trabajan para el sistema y a la vez lo critican.

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Consideras el retorno voluntario como una deportación en versión soft

"Si el Estado fastidia la vida de las personas que no forman parte de él, crea la impresión de que sus ciudadanos todavía disfrutan de una buena vida, y sabemos que no es así"

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Todo lo que explico funciona a nivel simbólico, pero es muy importante hablar de las cosas simbólicas. La política se basa muchísimo en este nivel simbólico. La gente está dispuesta a morir por una bandera. ¿Y qué es una bandera? Es algo simbólico.

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