Este artículo se publicó hace 15 años.
La derecha y los ultras tendrán mayoría en Israel
Netanyahu promete que si gana tanto Jerusalén como el Golán permanecerán bajo control israelí
Eugenio García Gascón
En la recta final para las elecciones, que se celebran el martes, Benjamin Netanyahu ha pasado al ataque intentando frenar el goteo de votantes que están abandonando el Likud en beneficio de la formación ultraderechista Israel es Nuestra Casa, de Avigdor Lieberman.
El líder del derechista Likud viajó el domingo al Golán sirio, que Israel ocupó en la guerra de 1967, plantó un árbol y manifestó que si gana, tanto Jerusalén como el Golán permanecerán bajo control israelí.
En las últimas horas, la campaña de Netanyahu se dirige sobre todo a reforzar la posición del Likud. El sábado por la noche, Netanyahu se dejó filmar junto a su nonagenario padre y ambos denunciaron que el riesgo que corre Israel si gana Kadima es enorme y afectará a la esencia del país.
Los sondeos finales que se publicaron el viernes indican que el Likud saca una ventaja de entre dos y tres escaños a Kadima, pero esa diferencia se ha ido reduciendo día a día y no se descarta que el partido de Tzipi Livni quede en primer lugar.
Sin embargo, sería una victoria pírrica, ya que es casi imposible que Livni logre formar una coalición, pues la derecha, la extrema derecha y los ultraortodoxos obtendrán una holgada mayoría según todos los sondeos.
Todavía es pronto para saber qué coalición se establecerá, pero lo que parece claro es que el próximo gobierno estará encabezado por Netanyahu. Sólo después de las elecciones se sabrá hasta qué punto son ciertas las continuas declaraciones del presidente de EEUU, Barack Obama, en favor de una solución del conflicto.
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