Este artículo se publicó hace 14 años.
Los derechos humanos serán los grandes ausentes
La situación de las libertades no figura explícitamente en el orden del día
En Granada se certificará que las relaciones económicas entre la Unión Europea (UE) y Marruecos son inmejorables. "Es la primera cumbre con Marruecos, con un país del Mediterráneo y con un país árabe", recuerdan. Sin embargo, en el orden del día no figura explícitamente la situación de los derechos humanos, que esas fuentes reducen a una "mención en la declaración final".
La UE tampoco tiene entre sus prioridades tratar la cuestión del Sáhara, a la que apenas le dedicará una referencia pese a la crisis entre España y Marruecos por el caso de Aminatu Haidar, y la amenaza de la Eurocámara de tumbar el acuerdo pesquero con el reino alauí por la explotación de las aguas saharauis. La UE prefiere avanzar hacia la integración económica para premiar el europeísmo de Marruecos. Entre 2007 y 2010 ha destinado a este país 654 millones de euros de su presupuesto para la política de vecindad, en los que no se incluyen otros acuerdos comerciales. En los próximos años prevé aumentar la dotación.
Bruselas ve a Rabat como un vecino estratégico en inmigración, agricultura y pesca. Lo considera un aliado clave en la Unión para el Mediterráneo, que integra a 43 países europeos y mediterráneos, y el desarrollo del proceso de paz en Oriente Próximo. España y Francia han marcado el paso europeo, de puntillas sobre los derechos humanos pero fuerte en lo económico, hasta desembocar en el Estatuto Avanzado, el mejor tratamiento que un país puede recibir de la UE. Este acuerdo, a diferencia del de Libre Comercio que Marruecos suscribió con EEUU, incluye el territorio del Sáhara Occidental.
"La UE considerará con el Estatuto a Marruecos como un Estado miembro sin serlo", asegura Willy Meyer, eurodiputado de Izquierda Unida, que participa en una cumbre alternativa. Según él, Marruecos ha incumplido con los acuerdos vigentes al no respetar el derecho internacional. "Europa debería ser exquisita con el proceso de descolonización, pero en cambio da alas a Marruecos para que continúe en los territorios ocupados, ningunee a la ONU y siga torturando a presos políticos".
Meyer forma parte de una minoría de eurodiputados españoles que se alinean con las organizaciones internacionales en materia de derechos humanos. PP y PSOE, al igual que los gobiernos español y francés, buscan acercarse a Marruecos económicamente para pedirle después "que comparta nuestros valores, irrenunciables para nosotros y que Marruecos tendrá que compartir si quiere más integración", según un diplomático europeo que acudirá a la cumbre. "La UE tiene una oportunidad real de poner los derechos humanos en el centro de sus relaciones con Marruecos", asegura Nicolas Beger, jefe de la oficina comunitaria de Amnistía Internacional.
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