Desaparece en el Atlántico un sumergible que explora los restos del Titanic con al menos cinco personas dentro
La guardia costera de EEUU ha iniciado una operación de búsqueda y rescate. Entre las personas desaparecidas podría encontrarse el explorador británico Hamish Harding.
Madrid-Actualizado a
Un sumergible utilizado para que turistas visitasen los restos del Titanic ha desaparecido este lunes con al menos cinco personas a bordo en el océano Atlántico, concretamente en la costa este de Estados Unidos.
Las labores se centran en un área ubicada aproximadamente a 900 millas (1.450 kilómetros) del Cabo Cod de Massachusetts, donde se presume que podría encontrarse el submarino, según informó la Guardia Costera en su cuenta de Twitter.
En la operación de búsqueda, Estados Unidos ha enviado un sumergible junto a un avión militar de transporte Lockheed C-130 Hercules. Por su parte, Canadá ha desplegado un avión Boeing P-8 Poseidon capaz de detectar objetos submarinos, según informó la Guardia Costera.
El submarino desaparecido pertenece a la empresa OceanGate Expeditions, la cual organiza expediciones con submarinos en aguas profundas.
La popularidad de la historia del Titanic creó este nuevo negocio turístico. Es habitual en la zona que pequeños sumergibles de pago transporten turistas a visitar los restos del buque.
OceanGate Expeditions explicó que estaban haciendo todo lo posible para traer de vuelta a la tripulación. "Toda nuestra atención está en los miembros de la tripulación del submarino y en sus familias", afirmó OceanGate Expeditions en su comunicado.
Según ha confirmado la propia empresa, han contado con "amplia asistencia" de varias agencias gubernamentales y de otras empresas para intentar restablecer contacto con el submarino.
OceanGate Expeditions es la única compañía que tiene un submarino, llamado Titan, que es capaz de llegar al fondo del océano para ver los restos del Titanic de cerca. El submarino usado por esa empresa suele tener una tripulación de cinco personas.
Recientemente la compañía había anunciado en su web y redes sociales que había una expedición "en marcha" para ver los restos del Titanic. El viaje duraría siete días y su precio rondaría los 250.000 dólares.
Algunos turistas han llegado a abonar varias decenas de miles de euros para descender en minisubmarinos hasta el transatlántico y han dejado su propia impronta al depositar placas y flores que recuerdan su breve estancia en el pecio.
El explorador Harding
Según informa la BBC, entre las personas desaparecidas podría encontrarse el explorador británico Hamish Harding. En su página de Facebook, Harding anunció el 17 de junio que se había unido a OceanGate Expeditions para participar en una de las misiones al Titanic.
En su publicación, mencionaba las adversas condiciones climáticas que habían impedido a la empresa llevar a cabo otras expediciones similares durante este año.
"Dado que este ha sido el peor invierno en Terranova en 40 años, es probable que esta misión sea la primera y la única tripulada al Titanic en 2023", explicaba Harding, quien indicaba que las condiciones habían mejorado y que ahora tenían la oportunidad de iniciar la expedición.
Acompañando su entrada en Facebook, Harding compartió una fotografía en la que aparece firmando un letrero con las palabras "Expedición Titanic, Misión V", así como imágenes del submarino y uno de los barcos de OceanGate Expeditions.
Robert Ballard
El famoso barco se encuentra a unos 3.800 metros de profundidad y a una distancia de unos 640 kilómetros de la isla canadiense de Terranova. El naufragio del transatlántico se saldó con más de 1.500 fallecidos.
Los restos del Titanic, calificado en su época de insumergible y hundido en las gélidas aguas del Atlántico norte durante su travesía inaugural tras chocar contra un iceberg el 14 de abril de 1912, permanecieron ocultos en el fondo del océano 73 años, hasta que en 1985 se halló en qué lugar reposaban.
El 1 de septiembre de ese año Robert Ballard, un explorador submarino estadounidense, encontró el Titanic en las profundidades del océano, lo que motivó el renacer del mito del transatlántico, sobre todo cuando dos años después la empresa Titanic Ventures recolectó 1.800 objetos del pecio.
Las imágenes de cuberterías, valiosas joyas y piezas ornamentales del barco y otros restos de sus ocupantes despertaron la curiosidad de millones de personas, especialmente de los coleccionistas, que contemplaron a través de la televisión los restos de una tragedia que había turbado a muchos durante decenios.
El último golpe de efecto vino de la mano del director de cine James Cameron, de origen canadiense, quien en 1997 recreó el naufragio en una cinta que devino en una de las más taquilleras de la historia del cine y fue merecedora de ocho Oscar.
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