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El desmantelamiento de Calais multiplica el número de refugiados en París

Limbo legal

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Una familia en la improvisada acampada de París.- IGNACIO MARÍN

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PARÍS.- La presencia de tiendas de campaña entre las estaciones de metro de Stalingrad y Jaurès, en el norte de París, no es nueva, muchas llevan meses allí. La última semana, sin embargo, se han multiplicado como champiñones: si hace apenas unos días las organizaciones en el terreno contabilizaban entre 500 y 1.000 personas malviviendo en esta improvisada acampada en plena capital francesa, ahora elevan su número a 3.000.

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Las organizaciones llevan desbordadas desde verano y no esperan una mejora en un futuro cercano. “El gobierno se desentiende, por mucho que diga lo contrario”

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Danika Jurisik, voluntaria en varias asociaciones locales, lo veía venir. Pocos días antes del masivo desalojo, auguraba que “una gran ola de refugiados” llegaría a la capital francesa con el cierre del campo en el norte de Francia. En París, la mayoría provienen de Afganistán, Eritrea y Sudán, una demografía idéntica a la de Calais. Las organizaciones de ayuda llevan desbordadas desde verano y no esperan una mejora en un futuro cercano. “El gobierno se desentiende, por mucho que diga lo contrario por estar en periodo electoral”, se exaspera Faty, otra voluntaria que acude diariamente al campamento desde hace meses.

Limbo legal

Según estimaciones de la OFPRA, la Oficina francesa de Protección de Refugiados y Apátridas, unas 100.000 personas habrían pedido asilo este año en Francia, un 20% más que en 2015. La mayoría de quienes acampan en París son elegibles para el asilo, pero los plazos para resolver su estatuto se eternizan. Según Jurasic, que también les da asistencia jurídica, “la prefectura prolonga innecesariamente el proceso de concesión de asilo y entretanto la gente se encuentra en la calle, en medio de un limbo legal”.

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La mayoría de quienes acampan en París son elegibles para el asilo, pero los plazos para resolver su estatuto se eternizan

Entre los migrantes acampados se ve sobre todo a hombres jóvenes, pero cada vez hay más mujeres solas y familias con niños pequeños. Estas últimas tienen prioridad a la hora de ser realojadas, pero “de poco les sirve dormir en un hotel tres o cuatro días cuando la demanda de asilo tarda meses en ser resuelta”, se indigna Faty, recordando que es obligación del Estado asegurar el bienestar de los menores.

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La presencia de tiendas de campaña entre las estaciones de metro de Stalingrad y Jaurès, en el norte de París, se ha multiplicado en los últimos días. - IGNACIO MARÍn

Una treintena de evacuaciones

Desde que el campamento parisino empezó a tomar un formato más o menos estable a principios de junio, se han producido una treintena de evacuaciones, algunas de forma ordenada y en coordinación con las organizaciones de ayuda, y otras, despejando a golpe de porrazos y gases lacrimógenos. En esas ocasiones, la policía se presenta a primera hora de la mañana, se lleva en autobuses a los migrantes y tira todo lo que encuentra, incluidas mantas, tiendas de campaña y comida, denuncian las asociaciones, que exigen un mayor concierto a la hora de evacuar a los migrantes.

El aclamado campo humanitario que la alcaldesa Anne Hidalgo prometió a principios de verano en la capital sigue sin abrir sus puertas. La inauguración se ha pospuesto en cuatro ocasiones

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“Yo sólo espero que vengan a desalojarnos pronto”, suspira Ibrahim, sudanés de 22 años con una semana en París. Como él, muchos tienen sus esperanzas puestas en la llegada de la policía y la consiguiente asignación a algún centro de acogida en el que dormir, por fin, bajo techo. En la región de Île de France existen 61 de estos centros, pero quienes ya los han visitado muestran menos entusiasmo. Es el caso de Saafi Faizullah, afgano de 19. Ha estado en dos centros temporales en región parisina: de uno lo sacaron porque se llenó, del otro se marchó, dice, por las condiciones de saturación. “Había alcohol, peleas, gente durmiendo en los pasillos y en el suelo”, afirma. Al final ha vuelto a Stalingrad, donde al menos está entre compatriotas.

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