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Era el último día de Planas en la capital afgana

El piloto mallorquín estaba con sus maletas en la salida del hotel cuando lo asesinaron

ESTHER BALLESTEROS

No iba a ser un día cualquiera en la vida de Antonio Planas. Natural de Palma de Mallorca y con ocho años de trayectoria como piloto a sus espaldas, sus planes pasaban por poner sus pies en la capital balear la pasada madrugada, la misma jornada en que el destino decidió segarle la vida. Visualizándose en casa y con las maletas ya preparadas para volver con su mujer y su hija de 8 años, Antonio se encontraba en el hall del hotel Intercontinental de Kabul cuando varios terroristas irrumpieron en la estancia y acabaron con la vida de 21 personas, entre ellas la del mallorquín de 49 años.

Era además el último día que iba a estar vinculado a la aerolínea turca Saga, en la que trabajaba desde hacía casi un año, para dar un cambio de rumbo a su vida y comenzar de nuevo, en otra compañía aérea y otro destino: Dubai. Pero antes de embarcarse en esta nueva experiencia, quería volar hacia su ciudad natal, vía Fráncfort y Madrid, para encontrarse con su esposa y su hija antes de partir mañana hacia Emiratos Árabes Unidos en busca de una vivienda y un colegio. Entonces, todo estaría listo para asentarse los tres en el país asiático, tal y como explicó ayer el portavoz de la familia, Bernardo Castell.

Acababa de aceptar una oferta de trabajo en Dubai y dejaba la aerolínea turca Saga

'Llevaba la aviación en las venas. Era su pasión'. Fue una de las contundentes frases que lanzó Castell a la hora de describir el entusiasmo que Planas profesaba a su trabajo, al que se dedicaba en cuerpo y alma después de haber realizado 'muchos sacrificios' para materializar el sueño de convertirse en piloto.

Una vez conseguido el reto, comenzó su carrera en Air Comet, que abandonó debido a la situación económica que arrastraba entonces la empresa y que le empujó a buscar otros horizontes.

Su mujer y su hija de 8 años le estaban esperando en Palma esa madrugada

Tras ver frustrado su deseo de encontrar empleo en España, finalmente entró a formar parte de Saga, compañía en la que pilotaría un Airbus 310 que cubría la ruta Turquía-Fráncfort-Kabul.

Tal y como explicó el portavoz, los problemas que comenzó a tener a la hora de cobrar le llevaron a atisbar nuevamente otras perspectivas, hasta que se topó con la oportunidad de pilotar para una aerolínea de Dubai. 'Desgraciadamente, no pudo comenzar a trabajar en ella', se lamentaba ayer Castell, refiriéndose a Planas como 'un padre y un amigo excepcional' y una 'bellísima y risueña persona'. 'Nadie en el mundo podrá hablar mal de él', sentenció.

 

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