Este artículo se publicó hace 13 años.
El dictador Duvalier se pasea impune por Puerto Príncipe
ONG de derechos humanos piden su arresto por crímenes contra la humanidad
Un genocida anda suelto en Puerto Príncipe. Como si no fuera suficiente con el terremoto salvaje, la epidemia de cólera, la pobreza despiadada y la crisis política que paraliza la reconstrucción, el ex dictador Jean Claude Duvalier, alias Baby Doc, decidió volver a Haití cargado de sonrisas y como si nada hubiera pasado.
Pero durante los 29 años de la tiranía hereditaria de los Duvalier, apoyados en los sanguinarios Tonton Macoutes, pasaron muchas cosas: "Entre 20.000 y 30.000 civiles fueron asesinados y torturados, y cientos de miles de haitianos huyeron al exilio", denunció Human Rights Watch. "Haití tiene la obligación de procesarle", añadió Amnistía Internacional, "por crímenes contra la humanidad". "Tienen que romper el ciclo de impunidad", insistieron con firmeza.
Una firmeza que no ha obtenido respuesta: el primer ministro declaró que Duvalier tiene libertad de movimientos y la policía confirmó que no hay ningún cargo contra el dictador tras 25 años en el exilio.
Los Duvalier mataron con asesinatos y torturas, pero también con la pobreza: Baby Doc y su entorno robaron 500 millones de dólares del erario público, según distintas investigaciones. De hecho, el Consejo Federal de Suiza mantiene bloqueados cuatro millones sustraídos tras la revuelta que precedió a su derrocamiento. Los Duvalier completaron su fortuna facilitando el narcotráfico a EEUU, país que les apoyó durante décadas, como a tantos dictadores del continente.
La corte de Duvalier, parecida a la del vecino Trujillo, vivió entre escándalos por consumo de drogas, disparates sexuales y actitudes despóticas. El país más pobre de América gastó 1,7 millones de dólares en la boda de Baby Doc. Una de las leyendas de la época, que aún se repite en los campos de desplazados, describe cómo Duvalier ordenaba cortar las calles para conducir a toda velocidad sus deportivos. Desde ellos arrojaba dinero para que sus paisanos se pelearan por la limosna.
Táctica de Préval¿Por qué ha vuelto Duvalier en el peor momento posible? Su pésimo estado físico (recordaba a Franco en la plaza de Oriente, gesticulando con torpeza mientras saludaba a sus escasos seguidores) y la inexistencia de su antigua plataforma, el Partido Único Nacional, ensombrece cualquier hoja de ruta política. El pueblo haitiano acogió el retorno con sorpresa, y esta dio paso luego a la indiferencia.
"Creo que [el presidente] René Préval está detrás de esta decisión, una táctica de distracción y provocación destinada a confundir", explicó Paul Evans, ex alcalde de la capital y enemigo histórico de los Duvalier.
"He venido a ayudar", dijo el tirano tras besar la tierra que esquilmó y sembró de sangre y odio. Su círculo mantiene el enigma de si regresará a París en un par de días o si permanecerá para participar en el "renacimiento". Mientras, se disparan los rumores sobre el regreso del ex presidente Jean Bertrand Aristide y de los golpistas Raoul Cédras y Henri Namphy. Todo cabe en el país imposible, que amenaza con transformarse en el camarote de los hermanos Marx. Un camarote donde las risas han dado paso a los horrores.
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