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Ed Miliband refuerza su autoridad en el laborismo

No asigna la cartera económica a Ed Balls, rival en las primarias y brazo derecho de Gordon Brown

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Ed Miliband ha impuesto su autoridad en el Partido Laborista al asignar la cartera de Economía a Alan Johnson en el 'gabinete en la sombra'. El equipo funciona en la práctica como dirección del partido y todos estaban pendientes de la decisión de Miliband y del papel que iba a atribuir a los participantes en las primarias del partido.

Lo más relevante es que Miliband no ha elegido para el puesto a Ed Balls, tercero en las primarias y el brazo derecho de Gordon Brown en la última década.

Ha optado por Johnson, a pesar de que este no tiene experiencia en temas económicos, lo que en sí es una decisión arriesgada, para enviar un mensaje de moderación. Confirma así lo que dijo en el congreso del partido: no se opondrá por sistema a todos los recortes del gasto público que plantee el Gobierno.

Johnson, de 60 años, es una figura respetada en el partido. Antes de dedicarse a la política, fue cartero y dirigente sindical. Casi nunca comete errores y tiene buenas relaciones con la prensa. En el último Gobierno de Brown, fue ministro de Interior.

Preguntado por la BBC, qué es lo primero que va a hacer, su respuesta fue una broma: “Hacerme con un manual de economía para principiantes”. Seguro que le recuerdan la frase en el Parlamento.

Johnson sostiene que los laboristas deben ser “una oposición creíble”, lo que equivale a decir que no pueden ignorar la gravedad del problema del déficit presupuestario. Por eso, apoya los planes del programa laborista de reducir a la mitad ese déficit, mientras que Balls afirma que casi cualquier recorte empujaría al país de vuelta a la recesión.

Si en las primarias todo se redujo a un duelo entre dos hermanos, la elección de ayer tenía otra dimensión familiar. Los candidatos más citados a la cartera económica están casados.

Balls la hubiera querido para sí. Yvette Cooper es una estrella ascendente en el partido y podría haber desempeñado ese puesto.

Nadie niega que Balls estaba preparado para el cargo, pero no parecía un socio de fiar para el poco experimentado Miliband. Ahora se ocupará de los temas de Interior, donde será más útil a los laboristas por su imagen de perro de presa y adversario tenaz de los tories. Balls no suelta la presa cuando la tiene cogida entre los dientes.

Su mujer llevará la cartera de Exteriores. Cooper fue la que recibió más apoyos en la votación de la que salieron los miembros de la dirección laborista. El suyo supone un ascenso importante en el escalafón laborista y contribuye a paliar la alarmante ausencia de mujeres en los primeros puestos de la política británica.

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