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EEUU realiza ataques en Pakistán sin pedir permiso a Islamabad

Los militares paquistaníes responden que defenderán la soberanía del país a cualquier precio

MAR CENTENERA

¿Es Pakistán uno de los mayores aliados de Estados Unidos en la lucha antiterrorista? Así lo ha afirmado decenas de veces el presidente norteamericano George Bush desde el 11-S, y por eso ha entregado a Islamabad centenares de millones de dólares para combatir a los talibanes. Pero la ausencia de resultados ha disparado la desconfianza entre los dos aliados, hasta tal punto que Washington ha autorizado que se realicen ataques en suelo paquistaní sin autorización de Islamabad.

El presidente estadounidense firmó esa autorización en julio, según publicó ayer The New York Times . Numerosos altos cargos del Pentágono apoyan el cambio de estrategia militar. “La situación en las áreas tribales de Pakistán (fronterizas con Afganistán) no se puede tolerar”, declaró al diario de forma anónima un alto cargo militar. “Tenemos que ser más enérgicos. Hemos recibido órdenes”, añadió.

Por el contrario, el jefe del Ejército paquistaní, Ashfaq Kayani, declaró ayer que “ninguna fuerza extranjera tiene permiso para llevar a cabo operaciones militares en Pakistán”. También remarcó que defenderá la soberanía del país “a cualquier precio”.

El grave deterioro de la seguridad en Afganistán, donde actualmente hay más bajas estadounidenses que en Irak, acapara la atención del Pentágono estos días. “No estoy convencido de que estemos ganando en Afganistán” –dijo el miércoles el presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor de EEUU, Michael Mullen– “Pero estoy convencido de que podemos lograrlo”.

Mullen señaló que la corrupción y la ineficacia del frágil Gobierno afgano son una de las causas de la inestabilidad del país. Destacó también que el envío de 4.500 soldados extras, ordenado por Bush, es “un buen inicio” para paliar la escasez de personal militar en el combate contra los
talibanes.

Finalmente, Mullen desvió la mirada hacia Pakistán: “Estas dos naciones (Afganistán y Pakistán) están profundamente relacionadas por una insurgencia común que cruza la frontera entre ellas”.

La CIA considera que el cinturón tribal de Pakistán se ha convertido en un refugio seguro para los talibanes; desde allí planean las incursiones contra tropas de EEUU en Afganistán.

Los servicios de inteligencia norteamericanos han llegado a la conclusión de que parte del Ejército y de los servicios de inteligencia paquistaníes mantienen vínculos con los talibanes.

Citan como ejemplo, el fracaso de algunas operaciones militares norteamericanas, después de haber informado de los detalles a sus colegas paquistaníes.

Hasta el momento, la mayoría de ataques estadounidenses en Afganistán se han realizado con misiles lanzados por aviones no tripulados. Pero la incursión de una unidad de los SEAL (las fuerzas especiales de la Armada) la semana pasada en una aldea paquistaní –a espaldas de Islamabad– marcó el inicio de la nueva estrategia aprobada por Bush.

En el asalto murieron 15 personas, entre ellas varios civiles, y desencadenó una oleada de críticas. “Es extraño lo que está ocurriendo entre dos estados que se consideran amigos”, denunció el intelectual Khalid Aziz en el diario The News.

El Ejército mostró también su rechazo a la operación: “Estas acciones son totalmente contraproducentes y pueden provocar grandes pérdidas, porque dan a la población local un motivo para levantarse contra las Fuerzas Armadas paquistaníes”, dijo el portavoz militar, Athar Abbas.

Un alto mando del Ejército calificó de “estúpida” la intervención de EEUU porque no perseguía la captura de ningún líder de Al Qaeda: “Si hubiesen perseguido a algún pez gordo, se hubiesen jactado de ello”.

El ataque ha puesto en un aprieto al nuevo presidente, Asif Alí Zardari, que no lo condenó en su primera rueda de prensa. Su postura proestadounidense, junto a las acusaciones de corrupción, le ha valido la antipatía de gran parte de la población.

Cerca de 100 insurgentes murieron ayer a manos de militares paquistaníes en la frontera con Afganistán. Tras anunciarlo, el Ejército auguró que EEUU fracasará si quiere acabar con el terrorismo en solitario.

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