Este artículo se publicó hace 16 años.
El Ejército israelí mata a más de 225 palestinos
El Gobierno de Olmert amenaza con continuar los ataques en los próximos. El bombardeo masivo en la franja de Gaza causa 700 heridos, en su mayoría civiles.
Eugenio García Gascón
Doscientos veinticinco palestinos murieron ayer en el transcurso de los bombardeos masivos de la aviación israelí contra la franja de Gaza en la jornada más sangrienta que han vivido los palestinos desde la guerra de 1967, indicaron fuentes hospitalarias.
El número de víctimas puede aumentar, ya que muchas personas han quedado atrapadas en bajo las decenas de edificios destruidos por Israel.
Los bombardeos israelíes se centraron en comisarías de Policía
El doctor Muawiya Husnin, director general de Emergencias, informó que entre los muertos hay niños, mujeres y civiles, y que la mitad de los más de 700 heridos se encontraban anoche en estado grave. Husnin pidió ayuda a los países árabes para evacuar a una parte de los heridos que no pueden ser atendidos en Gaza porque los hospitales no disponen de medios debido al bloqueo israelí.
Decenas de cazas y helicópteros participaron en esta operación sincronizada cuyo objetivo primordial fueron las comisarías de policía de Hamas en la principales ciudades de la franja, aunque algunos bombardeos se dirigieron hacia otros objetivos.
El primer ataque tuvo por objetivo una ceremonia de graduación de la Policía de Hamas a la que habían acudido oficiales de alto rango. El jefe de la Policía de Gaza, Taufik Yaber, murió en el ataque junto con otros responsables y oficiales del cuerpo.
Los médicos no sabían a quién atender ante la avalancha de heridos
Veinte minutos después, los cazas y helicópteros sobrevolaron simultáneamente la franja de Gaza descargando las bombas en decenas de objetivos hasta 150 según los palestinos causando una carnicería que estranguló los servicios de emergencia del principal hospital de Gaza, el Shifa, y del resto de centros médicos.
Los heridos fueron trasladados a los hospitales en ambulancias y en coches particulares. Los médicos no sabían a quienes atender primero puesto que el número de heridos graves era muy elevado y se amontonaban en los pasillos de los hospitales.
La mayoría de los bombardeos se centraron en la ciudad de Gaza, pero el norte y el sur de la franja no se libraron de las bombas. Por todas partes había muertos y heridos, así como edificios reducidos a escombros que poco a poco se fueron retirando para recuperar más cadáveres y heridos.
Ataque a comisariasAl no poder atacar a los escurridizos milicianos, el Ejército israelí optó por atacar las comisarías que habitualmente se encargan de la seguridad pública y no participan en los ataques contra Israel. Sin embargo, el ministro de Defensa, el laborista Ehud Barak, calificó de "centros terroristas" las comisarías.
Con lo ocurrido ayer, culmina la tensión que surgió el 4 de noviembre, cuando Israel puso fin a la tregua de seis meses lograda bajo mediación egipcia y que hasta el día de las elecciones presidenciales estadounidenses se había respetado con bastante rigor. Ese día Israel entró en Gaza y mató a siete milicianos de Hamas.
Desde entonces, las milicias de Hamas y de otros grupos palestinos habían intensificado sus ataques con cohetes y granadas de mortero contra las poblaciones israelíes cercanas a la franja. Hamas acusó a Israel de romper la tregua y exigió una revisión de sus cláusulas. En las últimas semanas, ninguna de las partes ha realizado ningún esfuerzo para reanudar el alto el fuego.
Otros bombardeos se centraron en "infraestructuras", según el Ejército, como el estadio deportivo de la Universidad Islámica, donde cursan sus estudios 18.000 estudiantes. Una cárcel situada al norte de la franja fue destruida causando la muerte de un número indeterminado de guardianes y de varios presos de Fatah, explicó Yaser Abed Rabbo, del comité ejecutivo de la OLP.
Barak dijo que las operaciones militares contra la franja de Gaza seguirán adelante si es necesario. Parece muy probable que los bombardeos continúen si Hamas y las demás milicias no detienen sus ataques, algo que no parece que vaya a ocurrir. La titular de Exteriores y líder de Kadima, Tzipi Livni, dijo que Israel está actuando en defensa propia. En el seno del Gobierno hebreo existe unanimidad a la hora de juzgar la situación y todos están de acuerdo en que a Israel le interesa responder a los ataques de Hamas de una manera desproporcionada, como ocurrió ayer.
Desde primera hora, las milicias dispararon decenas de cohetes Qasam y granadas de mortero contra las poblaciones israelíes. Un cohete que cayó en la localidad de Netivot mató a un civil e hirió a cuatro. En otros lugares hubo heridos y decenas de personas sufrieron crisis nerviosas.
El presidente palestino, Mah-mud Abás, calificó los ataques de "agresiones cobardes" y "masacre". En casi todas las ciudades de Cisjordania se convocaron manifestaciones de protesta, y lo mismo ocurrió en Jordania, Siria y Líbano, donde viven cientos de miles de refugiados palestinos.
EEUU exigió a Hamas que detenga los ataques contra Israel y a los israelíes que eviten bajas civiles. Washington no pidió al Gobierno de Ehud Olmert que detenga los bombardeos.
El primer ministro israelí dijo ayer que los ataques podrían durar varios días: "Podrían durar cierto tiempo y cada uno de nosotros debe ser paciente para poder completar la misión". Los políticos israelíes se encuentran en plena campaña para las elecciones del 10 de febrero.
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