Este artículo se publicó hace 4 años.
Empieza en Francia el juicio del 'caso Fillon', que sacudió las presidenciales de 2017
Empieza en el Tribunal de París el juicio del ex primer ministro François Fillon por los supuestos empleos ficticios de su mujer Penelope como asistenta parlamentaria. Un escándalo que sacudió las elecciones presidenciales francesas de 2017.
París-
Tres años después de haber sacudido las elecciones presidenciales francesas de 2017, este miércoles por la tarde empezó el juicio del caso Fillon. En el Tribunal de París se celebró la primera audiencia del escándalo de corrupción por los supuestos empleos ficticios como asistenta parlamentaria de Penelope Fillon. Un affaire que no solo lastró la campaña de su marido, el ex primer ministro François Fillon, sino que aceleró la decadencia de Los Republicanos (LR, derecha). Los socios del PP en Francia aún siguen lamiéndose las heridas ocasionadas por ese terremoto.
Fillon, ahora retirado de la política y que trabaja como asesor de un grupo de inversores, es juzgado por desvío de fondos de fondos públicos, abuso de bienes sociales y no haber respetado las obligaciones de los cargos electos ante la Alta Autoridad para la Transparencia de la Vida Pública. Unos delitos que pueden valerle una pena máxima de diez años de prisión y un millón de euros de multa. Es el sexto ex primer ministro francés que se sienta en el banquillo de los acusados. La mayoría de ellos lo hicieron por casos de corrupción. El juicio durará hasta el 11 de marzo, en el caso (poco probable) que se respete el calendario previsto.
Pese al gran interés suscitado en los medios franceses, el juicio del caso Fillon no termina de arrancar. La primera sesión estaba prevista para el lunes, pero se aplazó hasta el miércoles después de que lo pidiera la defensa como muestra de solidaridad con el movimiento de los abogados contra la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron —una petición habitual en los últimos meses en los tribunales en Francia—.
Es el sexto ex primer ministro francés que se sienta en el banquillo de los acusados
Este miércoles la audiencia estuvo monopolizada por cuestiones de procedimiento. En concreto, se debatió sobre unos recursos de constitucionalidad presentados por la defensa. La magistrada indicará este jueves si acepta o rechaza tramitarlos a la Corte de Casación (el equivalente del Tribunal Supremo). En caso de respuesta afirmativa, se suspendería temporalmente la causa. Lo que permitiría ganar tiempo a los Fillon, que se confrontan a un juicio difícil.
Apropiación de más de un millón de euros
El juez instructor acusa a Fillon de haber contratado a su mujer Penelope como asistenta parlamentaria para realizar "trabajos ficticios o sobrevaluados", cuando ejerció como diputado entre 1998 y 2002 y entre 2012 y 2013. Un supuesto empleo ficticio por el que percibió 408.000 euros. Este suculento contrato se mantuvo entre 2002 y 2007 de la mano del diputado Marc Joulaud —también sentado en el banquillo de los acusados—, el suplente de Fillon, que entonces era ministro.
La justicia también investiga otro supuesto trabajo ficticio de Penelope como periodista, con el que ganó 135.000 euros, en La Revue des deux mondes, una revista cultural propiedad de Marc Ladreit de Lacharrière, un multimillonario amigo de los Fillon. Además, el ex primer ministro contrató como colaboradores parlamentarios a sus dos hijos entre 2005 y 2007, sin que se hayan encontrado pruebas de que estos trabajos fueron realizados.
En total, los Fillon son sospechosos de haberse apropiado de forma indebida de 1,356 millones de euros de dinero público. Una cifra que no reúne todas las supuestas tramas que salpican al dirigente conservador. Los trabajos de su mujer como asistenta parlamentaria, de los que los jueces no han hallado rastro de su realización, empezaron en 1981, tras su primera elección como diputado a la Asamblea Nacional. No obstante, estas otras apropiaciones de fondos públicos quedaron fuera de la instrucción al haber prescrito. Tampoco se juzga el caso de los trajes de lujo, que generó un gran revuelo en 2017. Entonces, se supo que el abogado Robert Bourgi le había regalado cuatro esmóquines valorados en más de 18.000 euros.
La revelación del caso Fillon en enero de 2017 por el semanario de investigación Le Canard enchaîné marcó la campaña de las presidenciales, en que Fillon partía como gran favorito, pero terminó tercero (20% de los votos) por detrás de Emmanuel Macron (24%) y Marine Le Pen (21%). Tras el estallido del escándalo, el entonces candidato de LR fue rápidamente interrogado por la policía judicial e inculpado por la justicia. Lo que propició la caída en los sondeos de un dirigente que había hecho de la ejemplaridad uno de los puntales de su candidatura. Un terremoto político que volvió a evocarse este miércoles en la sala del Tribunal.
"Es difícil encontrar un proceso en que se hayan producido tantas filtraciones a la prensa", criticó el abogado de Fillon, Antonin Lévy. En cambio, la fiscalía lamentó este "victimismo" y reprochó a los acusados haber "disimulado" y "haber hecho todo lo posible para que el menor número de personas" conociera los supuestos empleos ficticios. También subrayó la "gravedad" del delito de desvío de fondos públicos recordando que en el Antiguo Régimen era "castigado con la pena de muerte".
Punta de lanza del declive de la derecha republicana
La primera sesión estuvo centrada en el debate sobre las cuestiones de prioridad constitucional presentadas por la defensa sobre la prescripción de los delitos, que considera que se produjeron "hace mucho tiempo". En el caso en que el tribunal aceptara la tramitación de estos recursos, esto afectaría sensiblemente el calendario de un juicio que estaba previsto que se terminase en plena campaña de las municipales, que se celebrarán el 15 (primera vuelta) y el 22 de marzo (segunda vuelta). Unos comicios en que LR confían en recuperar parte del terreno perdido.
El caso Fillon representa la punta de lanza de los numerosos escándalos de corrupción que salpican a la derecha gaullista. Nicolas Sarkozy, Alain Juppé, Jacques Chirac, Édouard Balladur… Los procesos se suceden para los históricos dirigentes de esta formación. Tras la fatídica campaña del ex primer ministro en 2017, el declive de LR se acentuó en los últimos años, al mismo tiempo que radicalizaba sus postulados ideológicos, acercándose a la ultraderecha. En las elecciones europeas del año pasado solo obtuvo el 8,48% de los votos.
Tras esta debacle, el diputado Christian Jacob tomó las riendas del partido en octubre. Este nuevo líder, poco carismático, adoptó como directrices oponerse a cualquier pacto con la ultraderecha y recomponer una histórica familia política, muy dividida a nivel interno y que sufre la pinza del neoliberalismo de Macron y el nacionalismo de Le Pen. Una difícil tarea que puede verse reforzada por los resultados de las municipales. Según los sondeos, LR podrían mantener buena parte de sus alcaldías históricas. Todo un respiro para una derecha republicana asechada por el fantasma de la corrupción, y de François Fillon.
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