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Los escoceses no tienen prisa para pedir la independencia

'Habrá referéndum en 2010 y no preveo perderlo', afirma el líder nacionalista, Alex Salmond

LOURDES GÓMEZ

'¿El referéndum separatista?', cuestiona una escocesa en la estación Waverley de Edimburgo. 'Nos lo proponen demasiado tarde, cuando apenas queda petróleo en el Mar del Norte. ¡Este Gobierno nos quiere llevar a la bancarrota!. Yo votaré no'. La empleada del ferrocarril se refiere al autogobierno minoritario de Alex Salmond, líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), y su promesa electoral de convocar en 2010 una consulta popular sobre la independencia de Escocia.

Inicialmente, era un objetivo condenado al fracaso. Con la oposición parlamentaria unida en su rechazo a la consulta, Salmond tenía escasas probabilidades de sacar adelante su propuesta de autodeterminación. Pero en un dramático giro táctico, la líder de los laboristas escoceses, Wendy Alexander, ha retado al SNP a convocar la consulta inmediatamente. Ya no hay marcha atrás. 'Habrá referéndum en 2010 y no preveo perderlo', presumía Salmond en un encuentro reciente con la prensa internacional para marcar su primer año como ministro principal de la joven autonomía.

El electorado cree que el referéndum es inevitable pero, según las encuestas, se inclina más por reforzar la autonomía que por resquebrajar el Reino Unido. 'Tenemos derecho a la autodeterminación, pero es absurdo divorciarse una vez gastada la dote de la novia. Hay otras vías para reafirmar la identidad nacional', coincide el historiador Iain MacFarlane. 'Después de 300 años sin Parlamento', continúa, 'estamos en una situación revolucionaria.

El impacto del cambio comienza a notarse ahora. El Gobierno demuestra un mayor deseo por resolver las cuestiones escocesas. Salmond es más accesible y abierto al diálogo'. La prueba no se hace esperar. El ministro principal se detiene a escuchar la causa social -el reconocimiento de mujeres médico en la I Guerra Civil- que MacFarlane promociona en los pasillos de Holyrood, la sede parlamentaria diseñada por el catalán Enric Miralles.

Salmond atiende con igual paciencia a los escolares que se cruzan en su camino. 'Salmond tiene mucho talento político. Sabe comunicar su autoridad. El primer ministro británico, Gordon Brown, es incapaz de hacerlo. Con un programa populista, de centro derecha en su estrategia financiera, Salmond ha convencido a los escoceses de su capacidad para dirigir un Gobierno efectivo', describe John Curtice, profesor de la Universidad de Strathclyde y asesor del Centro Nacional de Investigación Social.Salmond derrocha confianza. 'Ha sido un año de increíble productividad y éxito tanto en iniciativas políticas como en popularidad. Los sondeos nos dan las cotas más favorables de cualquier Gobierno del mundo occidental', presume el líder nacionalista.

'El SNP ganó las elecciones de 2007', advierte Curtice, 'pero el apoyo a la causa independentista decayó. Desde entonces, las encuestas no aportan pruebas de un aumento en el apoyo a la independencia'. La última, publicada el 16 de mayo, el 43% de los escoceses rechaza la propuesta de independencia frente al 31% que la apoya.

Según el profesor, los laboristas estaban forzados a aceptar el referéndum, pero sin manifestar el cambio de posición con el infortunado arrebato de su líder en Holyrood. 'Wendy dio un paso correcto en el momento equivocado. No tuvo en cuenta la devastadora impopularidad de Brown. Tampoco consultó al resto de los partidos y ni siquiera tiene una política definida sobre el futuro de Escocia. Apoyar el referéndum es una buena estrategia a largo plazo, pero una táctica equivocada', critica.
A Alexander se le identifica como la hermana que Brown nunca tuvo. A él debe su designación como líder de los parlamentarios laboristas escoceses tras el desastre de las autonómicas de 2007. Ahora se ha sublevado contra su mentor sin el coraje de una genuina rebelde.

Acorralada ante su inesperado vuelco político, al retar a Salmond a adelantar el referéndum, Alexander sugirió que el primer ministro apoyaba su táctica. La realidad era muy distinta. Un desconcertado Brown reafirmó su imagen de dubitativo y carente de autoridad: ni apoyó plenamente la consulta ni retiró en público la confianza en su subordinada al norte de lafrontera inglesa.

Sin valentía

La rebeldía de Wendy Alexander no supone, según el profesor de Strathclyde, el principio de una mayor independencia de los laboristas escoceses. 'Le faltó valentía para romper los lazos con Londres. Destrozó simplemente su credibilidad y se ha convertido en el hazmerreír de la política británica. Se reforzó la idea de que Brown es incapaz de tomar una decisión, pero Wendy causó el problema y es la principal perjudicada', defiende Curtice. 'Los laboristas', añade, 'tienen un problema en Escocia porque basan su apuesta electoral en las buenas relaciones con Londres.

La gente, en cambio, busca un partido que vista tartán (la característica tela de cuadros, símbolo de lo escocés) y que dé prioridad a Escocia. Han de cambiar sus tácticas'. La revisión urge porque el juego político tiene un dinamismo particular en Escocia. El avance de los conservadores de David Cameron no beneficia a sus colegas escoceses, que sólo tienen un escaño en Westminster.

En cambio, la impopularidad de Brown sí pasa factura: las encuestas sugieren una caída de 13 puntos respecto a la ventaja de 21 que los laboristas escoceses cosecharon en las elecciones de 2005.'Las dificultades laboristas son oportunidades escocesas', sonríe Salmond. El líder del SNP confía en ganar entre 14 y 20 escaños en las elecciones generales, que deben celebrarse antes de junio de 2010. Hoy sólo tiene 9.

Unidad monárquica

El SNP mantendrá la Unión de las Coronas, que data de 1603, de forma que la jefatura del Estado seguirá recayendo en Isabel II o su sucesor. La unión social dará paso a los Reinos Unidos.

Independencia política

Escocia decidirá con total libertad en cuanto a defensa y relaciones exteriores. También tomará decisiones como miembrode la Unión Europea.

La pregunta

El Ejecutivo del SNP solicitará el apoyo del electorado para negociar con el Gobierno británico la creación del Estado independiente de Escocia. No descarta tampoco incluir la opción de reforzar la autonomía con nuevas transferencias.

Voto abierto

Tendrán derecho a voto los residentes que estén registrados en los ayuntamientos escoceses.

Plazos

Aunque no es competencia del Parlamento escocés, el SNP presentará un proyecto de ley para convocar el referéndumen otoño de 2010.

Un apoyo inesperado

Los laboristas escoceses, con su líder Wendy Alexander a la cabeza, han sorprendido dando su apoyo a la celebración de la consulta de Salmond. No sólo eso: le han retado a celebrarla ya.

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