Este artículo se publicó hace 17 años.
El espía más odiado por Hamás
Muhammad Dahan es el hombre elegido por la CIA para montar la inteligencia en Damasco
Eugenio García Gascón
¿Querrían Israel y Estados Unidos disponer de decenas de espías en Damasco? No es un sueño del Mosad o de la CIA sino una realidad que existió hasta mediados de junio. Los agentes eran simples palestinos que residen permanentemente en la capital siria, que hablan árabe como lengua materna y que conocen bien las calles de la ciudad.
El hombre clave del tinglado era Muhammad Dahlan. El 15 de junio, cuando Hamás tomó el poder en Gaza, Dahlan era el hombre más poderoso, aunque no estaba en las trincheras. Sus asesores explicaron que en aquel momento crucial se hallaba en un hospital extranjero. Unas semanas después regresó, se estableció en Ramala y dimitió de sus cargos.
¿Qué obtenía a cambio de sus servicios? En la franja es vox populi que el trueque consistía en licencias de todo tipo para comerciar con Israel, monopolios de los productos más diversos que le rendían pingües beneficios. Además, si alguien necesitaba un favor de Israel, Dahlan hacía de intermediario y eso le granjeaba prestigio entre los ricos.
Ayuda de la CIA
Sus patrones eran muy generosos. Ex agentes de la CIA como Michael Scheuer han explicado que la ayuda que Dahlan recibió de la CIA era “sustancial” y comprendía tanto material de espionaje y tecnología como el conocimiento de los procedimientos a seguir, lo que incluía el adiestramiento de agentes palestinos, una ayuda que Dahlan utilizó en la franja para perseguir sin piedad a Hamás.
Hamás ha dicho repetidamente que muchos de los asesinatos de sus políticos y milicianos que llevaban el sello de Israel eran posibles gracias a la información que los israelíes recibían de Dahlan y sus hombres. La acusación no se ha probado pero no es descabellada.
Dahlan era el hombre más poderoso de Gaza hasta la llegada al poder de Hamás
Cuando tomó Gaza, Hamás colocó entre sus prioridades los complejos de los servicios de inteligencia de Fatah. Al ver lo que se les caía encima, desde Ramala se dio orden a los funcionarios de destruir todos los documentos que pudieran. Pero la orden llegó tarde y Hamás consiguió hacerse con una gran cantidad de material.
En la confusión inicial, los milicianos incluso permitieron que las cámaras filmaran desde lejos su botín. Una de las cosas más visibles eran las matrículas de color amarillo, es decir israelíes, que se guardaban en las oficinas de los servicios de inteligencia y que con toda probabilidad estaban allí porque Israel se las había facilitado a Dahlan.
Aunque Hamás detuvo a varios responsables de la inteligencia de Fatah, enseguida los dejó en libertad a cambio de que colaboraran con la organización fundamentalista y de que les informaran de los procedimientos que se utilizaban para espiar a Hamás y para espiar en capitales árabes como Damasco, El Cairo o Riad.
El diario cairota Al-Masriyoun reveló en junio detalles sobre los planes de Dahlan en colaboración con Israel, que detallaban numerosas iniciativas tendentes a desestabilizar Egipto y que incluían perpetrar atentados contra turistas occidentales en territorio egipcio.
Atentado fallido
Jalil al-Hayya, uno de los responsables de los servicios de inteligencia de Hamás, confirmó recientemente que agentes palestinos de Dahlan han operado libremente en muchas capitales de Oriente Próximo, aunque ha declinado hablar con este corresponsal aduciendo “razones de seguridad”.
Hamás acusa a Dahlan de ser informante de Israel para cometer asesinatos
En EEUU e Israel no dudan de que Hamás ha compartido esa información privilegiada con los países afectados, de manera que es muy posible que los agentes de Fatah que operaban en Damasco, El Cairo o Riad estén ahora a buen recaudo.
Hace unos meses la policía siria desbarató un intento de atentado contra Jaled Mashal, el número uno de Hamás en el exilio, que según la organización fue perpetrado por agentes de Dahlan.
Reconstruir la red de espías palestinos será difícil, aunque la recompensa es tan apetitosa que seguramente Israel y EEUU no dudarán en volver a intentarlo, a ser posible con el mismo Dahlan, quien ahora vive en Ramala.
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