Este artículo se publicó hace 13 años.
El espionaje alemán podría haber ayudado a los neonazis
Nuevas pistas en el caso de los 'crímenes del Kebab' en Alemania
Nuevas pistas en el caso de los crímenes del Kebab en Alemania. Cobra cada vez más fuerza la hipótesis de que el grupo terrorista neonazi Clandestinidad Socialista habría contado con el apoyo de los propios servicios secretos.
Según publicó ayer el rotativo Bild, un agente de la división de contraespionaje estuvo cerca del lugar donde los tres ultras cometieron seis de los nueve asesinatos contra inmigrantes entre 2000 y 2006. Otro diario, el Frankfurter Allgemeinen Zeitung, se atreve a ir más lejos al afirmar que el agente fue incluso testigo presencial de uno de los crímenes, perpetrado contra el dueño de un cibercafé en Kassel, y no dio parte a la Policía hasta diez días después.
"Los terroristas tuvieron más cómplices, hay pistas que así lo indican", dijo ayer Thomas Oppermann, el presidente de la Comisión Parlamentaria para el Control de los Servicios Secretos, después de reunirse a puerta cerrada con las Fuerzas de Seguridad y los servicios secretos, para tratar de esclarecer los hechos. Hasta la fecha sólo se conocía la colaboración de Holger G., contra el que se dictó el lunes orden de prisión por ceder su documentación a los asesinos para alquilar vehículos y viviendas.
Pero, según la cadena ARD, existe ya un segundo cómplice de los tres neonazis, dos de los cuales se suicidaron hace diez días y la tercera permanece detenida. El colaborador es Mathias D., acusado de encubrir el alquiler de una vivienda a uno de los ultras entre 2001 y 2009.
La Oficina Federal de lo Criminal ha asumido una investigación cada vez más complicada, mientras la Policía reabre todos los casos sin resolver cometidos con tintes racistas desde 1998.
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