Este artículo se publicó hace 12 años.
"En estos días difíciles nos hemos dado cuenta de quiénes son amigos"
La consejera política de Al Asad, ha cautivado con su inglés y su don de gentes a destacadas personalidades británicas y estadounidenses
Acababan de comenzar las protestas en Siria contra el régimen y Bouthaina Shaaban, la consejera política y portavoz de Bashar al Asad, no las tenía todas consigo pese a las buenas palabras de Robert Sagger. El fotógrafo estadounidense visitó Damasco a mediados de marzo del año pasado y se entrevistó con Al Asad, a quien ya conocía con anterioridad, según se desprende de los e-mails del Gobierno sirio descubiertos por WikiLeaks –y a los que Público.es ha tenido acceso en exclusiva mundial para medios en español--.
A su regreso a EEUU, Sagger quiso agradecerle a Shaaban la hospitalidad recibida con un correo para subir la moral del régimen. “La Siria en la que he estado la última semana no se parece a las imágenes sensacionalistas que son emitidas sin parar en los medios internacionales”, escribió el fotógrafo, quien se preguntó: “Claro que hay manifestaciones y cosas que tienen que cambiar, pero ¿lo relevante es que miles de personas se manifiestan o que en un país con aproximadamente 21 millones de habitantes menos de uno de cada diez esté participando?”
En la misiva, Sagger se congratula de “teneros a ti y al presidente Asad como amigos” y les defiende porque “como amigos, nos encontramos todos en un momento de la historia que necesita de gente con un compromiso real para levantarse y hablar en voz alta en apoyo del cambio constructivo”.
La respuesta de Shaaban lllegaría tres días más tarde: “Me siento orgullosa de ser tu amiga y sé cuánto disfruta de tu compañía el presidente y cuánto aprecia tu amistad […] Durante estos días difíciles hemos descubierto a nuestros definitivos y verdaderos amigos y déjame que diga que tú estás en lo más alto de la lista”. Ambos se habían conocido vía e-mail en febrero de 2009 después de que Sagger escribiera a Al Asad agradeciéndole un viaje anterior.
Los e-mails demuestran también la buena relación que Shaaban tiene en general con todo lo que signifique EEUU y sobre todo si se trata de un potencial negocio. El 19 de mayo de 2010 recibió un correo de Martin Indyk, antiguo embajador de EEUU en Israel y vicepresidente del Brooking Institution, en el que le comunicaba que cuatro amigos suyos estarían en Damasco próximamente y le recomendaba reunirse con ellos porque “son gente influyente en Washington”.
Se trataba de la profesora de Harvard Maxine Isaacs y su marido Jim Johnson, exmiembro del gabinete de la Administración Carter; Kathleen Brown, “hija y hermana de dos gobernadores de California e inversora de Goldman Sachs” y su marido Van Gordon Sauter, “expresidentes de CBS News y CBS Sports”.
La asesora de Al Asad no perdió el tiempo; los invitó a cenar y al día siguiente recibió las felicitaciones de Isaacs y Brown por “una velada memorable”, “la mejor cena con diferencia”, y una invitación directa para visitar su casa en Los Angeles.
Shaaban, cuya educación y exquisito dominio del inglés le ha valido para que los medios anglosajones la tengan por la única voz autorizada del régimen, fue la responsable de que Damasco permitiera a la flotilla de la asociación Viva Palestina atracar en el puerto de Latakia en octubre de 2010 durante su viaje a la franja de Gaza, varios meses después de que los militares israelíes asaltaran el buque de suministros humanitarios Mavi Marmara y asesinaran a sangre fría a ocho voluntarios.
El 11 de agosto de ese año, el exdiputado laborista --hoy líder del partido Respect--, George Galloway, escribió un e-mail a Shaaban pidiéndole ayuda. “Le escribo una vez más para pedir la cooperación de Siria aunque no lo dude en ningún momento. Siria es, como he dicho muchas veces, el último castillo de la dignidad árabe”.
Galloway, un personaje muy controvertido en Reino Unido, le explicó la finalidad del proyecto que después conseguiría llegar hasta Egipto y atravesar la frontera proporcionando toneladas de equipos médicos y alimentos a la población palestina.
Shaaban también emplearía el mismo encanto con el abogado británico especializado en derechos humanos, Sir Jeffrey Jowell, con óptimos resultados. Jowell viajó a Damasco en nombre del millonario Wafic Said, amigo íntimo de la familia de la mujer de Al Asad, para comprobar la situación real del país.
Y unos días después de su marcha escribió a Shaban, que acababa de ser entrevistada en la BBC. “Querida Bouthaina, estoy en Francia y acabo de ver tu entrevista. Estoy de acuerdo con todo lo que dijiste sobre las acciones de EEUU”, dijo. La consejera de Asad le respondió: “Querido Sir Jeffrey, escuchar tu opinión sobre lo que he dicho me llena de seguridad. Muchas gracias por molestarte en escribir”.
Shaaban es uno de los altos cargos de Al Asad vetados por la Unión Europea y EEUU, pero por la reacción que despierta en todos los occidentales que la han conocido personalmente, es posible que sea la única cara amable del régimen.
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