Este artículo se publicó hace 12 años.
La Eurocámara bendice el tratado con Rabat que perjudica a España
La UE engrosa los negocios personales del rey Mohamed VI y olvida la doctrina internacional sobre el Sáhara
Según el comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, Marruecos "no es un socio cualquiera". Por ese motivo y pese al rechazo en bloque de los eurodiputados españoles, el Parlamento Europeo aprobó ayer un acuerdo de liberalización comercial que abrirá casi por completo las puertas de la Unión Europea a la huerta marroquí con algunos límites para tomates, pepinos, fresas, mandarinas o calabacines. Según la Eurocámara, el nuevo pacto comercial reportará beneficios económicos a la UE y agradece de paso la reciente y relativa apertura política del régimen marroquí.
Si Marruecos "no es un socio cualquiera", tampoco lo es este acuerdo. Así lo creen los diputados españoles que, de muy distinto signo, se unieron en su rechazo, algo poco habitual en Estrasburgo. Según PP y PSOE, perjudicará a los agricultores por la entrada en el mercado de productos mucho más baratos. Los más afectados serán los andaluces, que, además de agricultores, son electores en los comicios autonómicos del mes que viene.
PP y PSOE se reprochan entre sí el apoyo de los sucesivos gobiernos españoles al acuerdo. Los conservadores acusan al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de haber respaldado el texto en el Consejo. Para el PSOE, el PP nunca ha mostrado claramente su rechazo y ayer no apoyó una enmienda no vinculante sobre las compensaciones.
Los partidarios del acuerdo destacan que la liberalización beneficiará a los productores de carne, leche, cereales y conservas (especialmente, del norte de Europa) en sus exportaciones a Marruecos.
La izquierda europea y verde, así como otros grupos minoritarios, rechazaron el acuerdo por considerar que es ineficiente e incluye el Sáhara Occidental entre los terri-torios a los que se aplica. Según el eurodiputado francés José Bové, que fue ponente del informe parlamentario sobre el acuerdo, hay dudas fundadas sobre la "legalidad de un acuerdo que no sigue el ejemplo de Estados Unidos, quien ha excluido explícitamente los territorios del Sáhara Occidental" en uno de sus pactos comerciales.
PP y PSOE votaron en contra, pero se reprochan el resultado final
La eurodiputada del BNG y del grupo de los Verdes, Ana Miranda, lamentó que, además, será perjudicial "tanto para los agricultores del Sur de Europa como para los marro-quíes", ya que sólo beneficia "a grandes empresas y fondos de inversión que evaden normas sociales y medioambientales de la UE". Entre esas empre-sas están las del rey de Marrue-cos. Como desveló Público en enero y han denunciado orga-nizaciones como Western Sahara Resources Watch, varias explotaciones propiedad de Mohamed VI y su círculo de influencia en suelo saharaui y regadas con fuentes sub-terráneas no renovables serán las grandes beneficiadas.
Este aspecto fue paradójicamente uno de los que les llevó a tumbar en diciembre el acuerdo de pesca, cuya legalidad había sido cuestionada por un informe jurídico de la institución. Según la legislación internacional, recogida por la ONU, Marruecos sólo puede explotar los recursos naturales del Sáhara con consentimiento de los saharauis y si los beneficios del acuerdo comercial revierten en la población local. Ninguna de las dos condiciones ha sido nunca satisfecha, ya que Rabat rechaza celebrar consultas en el Sáhara Occidental y los informes para justificar el beneficio de los acuerdos para los saharauis son sistemáticamente rechazados por la Comisión por vagos e insuficientes.
La reforma constitucional¿Por qué se aprueba un acuerdo que perjudica a su país europeo más cercano e incluye al Sáhara? Según Catherine Ashton, la jefa de la diplomacia europea, es un reconocimiento a los avances democráticos en Marruecos, que ha reformado su Constitución tras ver las revueltas de Túnez y Egipto. "Ashton cree que el acuerdo entre la UE y Marruecos hará la relación más profunda y envía un mensaje fuerte: la UE responde a las reformas en el norte de África", explicó en un comunicado. La Alta Representante para la Política Exterior aseguró que "marca un nuevo capítulo" en las relaciones, enturbiadas desde la fulminación del acuerdo de pesca.
"Marruecos no es un socio cualquiera", defiende el comisario de Agricultura
El ministro de Agricultura y Pesca, Aziz Akhannouch, utilizó una expresión similar, asegurando que las "históricas" relaciones con la UE entranahora en una "dinámica nueva y positiva". "Todas las instan-cias europeas han comprendido que Marruecos y el lugar de los intercambios bilaterales deben ser objeto de un tratamiento muy positivo", aseguró el ministro. En un comunicado, el Frente Polisario acusó a la UE de ser cómplice de la "ocupación, opresión y pillaje de recursos naturales" llevada a cabo por Rabat. "El Sáhara Occidental es un territorio no autónomo responsabilidad de la ONU sobre el que Marruecos no dispone de ningún derecho de soberanía o de administración", añadió.
Los grupos políticos europeos explicaron en una resolución separada del acuerdo, que también fue sometida a votación, la motivación política del acuerdo comercial. El texto reafirma el "papel clave en el desarrollo económico del país y su estabilidad política" por el que apuesta la UE, que además se ahorrará "aproximadamente cien millones de euros" por la supresión de aranceles.
Aunque los beneficios económicos para Marruecos y algunos estados de la UE estánclaros, no ocurre lo mismo con el impacto que tendrá en el contexto político. "No parece que vaya a ser así", lamentó Raül Romeva, eurodiputado de ICV-Verds, que aseguró que si las intenciones de sus colegas hubieran sido coherentes, se habrían incluido "los retos de la Primavera Árabe" para "reforzar el espacio político y democrático" en el país.
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