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Europa cierra filas para nombrar al jefe del FMI

Strauss-Kahn dimite por carta desde la prisión de su cargo como director

 

BELÉN CARREÑO

Llegó la hora de la verdad. Una verdad que suele estar acompañada por una chequera encima de la mesa. 187 países se disponen a elegir sucesor para Dominique Strauss-Kahn, quien dimitió en la madrugada del jueves por carta desde la prisión de Nueva York donde está confinado, y los más ricos tratan de nuevo de imponer su voluntad a los más pobres.

Desde la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 1945, Europa ha designado el candidato a dirigir el organismo, mientras que su número dos es de nacionalidad estadounidense. El Banco Mundial tiene un presidente de EEUU para ejercer de contrapeso. La lógica actual de esta antigua decisión se basa, entre otras cosas, en que la Unión Europea es la organización de países que más dinero aporta al FMI, al ostentar el 31,9% de su cuota.

Las elevadas derramas que paga por ser el vecino con más fincas en esta particular comunidad de propietarios sirvieron de justificación a la UE para abogar por que las cosas sigan como estaban. El presidente de la Comisión Europea, Durão Barroso, apostó por que Bruselas presente un 'candidato fuerte', aunque aseguró que entendía que no debía ser la 'nacionalidad' la que marcara la elección, que corresponde al Consejo Ejecutivo. También la canciller alemana, Angela Merkel, instó a proponer un candidato acordado previamente, aunque se resistió a decir nombres.

Los deseos de la UE chocan con los supuestos avances en materia de reparto de derechos del Fondo, en el que se ha abogado por abrirse a la participación de los países emergentes. China y Rusia lideraron las críticas ayer a la elección de un director gerente basado exclusivamente en la nacionalidad y pidieron una selección por 'méritos'. También Japón, la segunda economía que más aporta a título individual, pidió que el proceso estuviera basado en las capacidades.

Con todo, parece poco verosímil que los emergentes vayan a conseguir cambiar la nacionalidad del director de la organización, cuando precisamente se está jugando el rescate de al menos tres economías europeas. En un comunicado, el FMI recalcó ayer que, aunque los votos son cualificados (de nuevo por el criterio de la cuota), la aspiración del organismo es llegar a un candidato de consenso. La posibilidad de influencia de los emergentes se abre si EEUU renuncia a mantener al segundo de a bordo.

Los emergentes se resisten a aceptar el statu quo y quieren poseer más poder

Aunque no hay aún candidatos oficiales, Christine Lagarde, la ministra de Finanzas francesa, se posicionaba ayer como la favorita para suceder a su paisano y contrincante político Strauss-Kahn. Ayer recibió el apoyo público del líder italiano, Silvio Berlusconi. Se barajan pocos nombres más, aunque sobresale la posibilidad de Jean-Claude Trichet, que deja su cargo al frente del BCE en octubre, y Axel Weber, que abandonó el supervisor comunitario hace escasos meses. Entre los no europeos, gana adeptos Kemal Dervis, el exministro de Finanzas de Turquía y el singapureño Tharman Shanmugaratnam.

Por ahora, John Lipsky sigue ejerciendo de director gerente en funciones del FMI, después de que Strauss-Kahn enviara una carta al Comité Ejecutivo presentando su dimisión. Al hacerlo, 'pienso primero en mi mujer a la que amo más que a nada, mis hijos, mi familia, mis amigos', asegura. Aprovecha para recordar por carta el gran trabajo realizado en los últimos tres años en la institución, a la que dice que quiere 'proteger'. Pero, sobre todo, afirma: 'Quiero dedicar todo mi tiempo y energía a probar mi inocencia'.

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