Este artículo se publicó hace 14 años.
Europa confía en que una borrasca elimine la ceniza
La previsión meteorológica y el aumento de la expulsión de lava del volcán islandés hacen prever que se normalice el tráfico aéreo el viernes
Una semana después de la erupción del Eyjafjalla, Europa camina con dificultad hacia la normalidad mientras pasajeros y autoridades aéreas se encomiendan a la previsión meteorológica. El cráter, cuya furia sísmica comienza a calmarse, expulsa ahora más lava que ceniza y la borrasca y vientos anunciados para el fin de semana pueden devolver al volcán, inactivo en los últimos dos siglos, a su anonimato. Aunque una nueva nube que amenaza a Reino Unido y la complejidad en la reprogramación del tráfico aéreo complicó ayer los vuelos previstos y el rescate de los pasajeros atrapados.
El cielo de ocho países, entre ellos Reino Unido, Dinamarca, Finlandia y las repúblicas bálticas, permaneció completamente cerrado casi todo el día de ayer. Aun así, "la situación ha mejorado mucho", aseguró ayer Brian Flyin, jefe de operaciones adjunto de Eurocontrol. Unos 13.000 vuelos pudieron despegar, algo menos de la mitad de los previstos en un martes normal, y los aeropuertos de Reino Unido comenzaron a retomar su actividad a partir de las diez de la noche (hora local).
El cielo de 8 países siguió cerrado ayer, pero despegó casi la mitad de los vuelos
Eurocontrol prevé que la normalidad se restablezca por completo el viernes. Los vuelos comerciales superan habitualmente los 10.000 metros de altitud, pero ayer el cielo europeo estaba ya completamente despejado por debajo de los 6.100 metros. Por ello, algunas compañías como Lufthansa aprovecharon que a una menor altitud no es necesario el permiso de las autoridades del tráfico aéreo para retomar algunas de sus rutas con destinos como Nueva York, Seúl o Lagos.
Los vuelos en Fráncfort, Amsterdam y París volvieron a operar, a cuentagotas, entre los aplausos de los viajeros atrapados a miles de kilómetros de casa durante días. "Todo el mundo estaba gritando de alegría en el avión", dijo el chipriota Savvas Toumarides, que se perdió la boda de su hermana pero consiguió llegar a Nueva York tras cinco días bloqueado en Amsterdam. Toumarides es uno de los pasajeros que ve la luz al final de un túnel construido con 90.000 vuelos cancelados desde el jueves.
Mal preparada para desastres
Algunas aerolíneas aprovechan que se permite volar a una altitud menor
Otros, como Alberto López, médico español residente en Londres, se quejaba de la falta de información, antes de saber que los aeropuertos británicos iban a ser reabiertos en pocas horas:. "Nadie nos dice cuánto tardaremos en volver", explica a Público desde Nueva Dehli, donde estaba retenido. "Hay muchísima gente que no ha podido volar todavía y no creo que yo tenga la suerte de colarme en los primeros vuelos".
Su decepción se unía ayer a la de aerolíneas, pilotos y hasta el Parlamento Europeo, que criticó la gestión de las autoridades nacionales y europeas. "Estamos terriblemente mal preparados para los desastres naturales", lamentó el eurodiputado alemán Jo Leinen, del grupo socialista, en el debate que se celebró ayer pese a la ausencia de 318 de los 736 diputados de la Cámara. "Podemos ver que la gestión de la crisis ha tenido muchas deficiencias", lamentó. "La respuesta de Europa no ha sido adecuada", aseguró la liberal Gesine Meissner, pidiendo que, la próxima vez, las autoridades se fíen más de "datos y no de estadísticas", en referencia a las proyecciones matemáticas sobre las que se basó el precipitado cerrojazo de la mayoría del cielo europeo.
Ante las críticas, la presidencia española y los técnicos de Bruselas optaron por reivindicar los orígenes del transporte masivo de pasajeros. Según Diego López Garrido, secretario de Estado para la UE, es un "objetivo absolutamente estratégico" potenciar las redes transnacionales de ferrocarril para que, en caso de que despierte otro volcán, el caos no sea total y sin alternativa.
La Eurocámara critica la gestión de la crisis por fiarse de las estadísticas
Temen que despierte Katla
Sin embargo, tanto los aeropuertos fantasma como las colas interminables podrían dejar de ser noticia el fin de semana. Según los meteorólogos, las borrascas que llegarán a Islandia el jueves harán que las cenizas se diluyan bajo la lluvia. Las que estén a más altura serán desplazadas "hacia el Ártico, gracias a los vientos que soplarán en dirección norte", según Herbert Puempel, jefe de la división aeronáutica de la Organización Mundial de la Meteorología.
Sin embargo, la actividad del Eyjafjalla hace temer a los científicos islandeses por su vecino volcán Katla, dormido durante 80 años y que podría llegar a despertar por la actividad sísmica en la zona. "La actividad de un volcán a veces provoca la de otro, y el Katla ha estado activo junto al Eyjafjalla en el pasado", subrayó Pall Einarsson, profesor de Geofísica en un instituto especializado en Islandia.
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