Este artículo se publicó hace 16 años.
Europa quiere blindarse
La Comisión propone un registro de los datos biométricos de todos los visitantes de la Unión Europea
Datos biométricos, escáneo de la cara o de la iris, un banco de datos que recoge las huellas dáctilares de centenares de millones de personas...Bruselas confía en lo ultimísimo en tecnología para asegurar el control de la entrada de forasteros con malas intenciones en la Unión Europea. “No podemos permitir que la mafia o traficantes o terroristas usen mejor tecnología que nuestras policías”, explicó ayer el autor del plan, Franco Frattini.
Para el comisario europeo de Justicia, Seguridad y Libertades el problema de la inmigración ilegal en Europa no son los decenas de miles de personas “desesperadas” que arriesgan su vida al cruzar el mar o meterse en el tren de aterrizaje de los aviones. El mayor desafío, según él, presentan los millones de inmigrantes que entran de forma legal para quedarse después de caducar su permiso de estancia.
Para atajar el problema, la Comisión apuesta por el registro de los datos biométricos de cada persona que entra en uno de los 27 países que forman el espacio Schengen de fronteras abiertas. El registro de estos datos permitiría comprobar si los visitantes salen a tiempo o se quedan ilegalmente. Un sistema de alerta señalaría a las autoridades cuándo expira un visado sin que el viajero haya abandonado Europa. También se contempla que los viajeros deben enviar datos por Internet previo a su entrada en Europa.
“Queremos facilitar los viajes de las personas honradas y a la vez impedir la entrada de terroristas, inmigrantes ilegales o delincuentes”, dijo Frattini ayer tras presentar la propuesta de la Comisión. Con este fin, el comisario italiano ha ideado un sistema de entrada por vía rápida para “gente honesta” que entrega sus datos biométricos a un registro de forma voluntaria. Estos viajeros frecuentes podrían pasar por puertas automatizadas.
En cuanto a las pateras, la Comisión admite que una solución sólo es factible si incluye “la cooperación de países terceros, también en el control de fronteras”.
Las medidas recibieron duras críticas de algunos políticos y defensores de derechos humanos. “No veo el motivo para crear un banco de datos que registre las huellas dactilares”, dijo Alexander Alvaro, europarlamentario de los liberales alemanes. “Tener la huella dáctilar no te sirve para encontrar a un inmigrante ilegal que podría estar en cualquier sitio de la UE”.
“Cómo pueden presentarlo como algo necesario si no existe otro motivo evidente que el simple uso de nueva tecnología”, dijo Privacy International. Esta organización también critica que la Comisión usa la lucha contra el terrorismo para justificar el endurecimiento de los controles fronterizos. Ante estas críticas, Frattini aseguró que toda la información sería protegida “por la más estricta legislación europea de protección de datos”.
Primer paso
La propuesta presentada ayer es sólo el primer paso hacía la introducción de estas nuevas medidas. El propio Frattini admitió que tardarían 5 ó 7 años en implementarse. “Me parece más bien una carta a los reyes. La propia Comisión admite que una serie de sus propuestas aún necesita pasar por un escrutinio técnico”, dijo el eurodiputado Alvaro.
En Bruselas no ocultan que la propuesta se inspira en las medidas tomadas por EEUU, que también exige a los visitantes datos biométricos y el envío previo vía Internet de datos del viajero.
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