"Quiero saber si el presidente que teníamos va a reconocer la derrota". Con estas palabras, Lula Da Silva, vencedor en las elecciones presidenciales de Brasil celebradas este pasado domingo, se refería al intranquilizador silencio que guarda su rival, Jair Bolsonaro, el aún presidente —lo será hasta el 1 de enero de 2023— del país.

Bolsonaro, tan activo durante la campaña electoral en los medios y en las redes sociales, lleva varias horas desaparecido. Ni siquiera compareció ante los medios para valorar el ajustado resultado electoral: Lula da Silva se ha impuesto con un estrecho margen de 2,1 millones de votos a Bolsonaro.

Más de 12 horas después de conocerse los resultados, Bolsonaro no ha reconocido la derrota ni emitido mensaje alguno. Este silencio resulta atronador, sobre todo cuando Bolsonaro se pasó buena parte de la campaña electoral advirtiendo sin pruebas de un posible fraude electoral.

"El presidente se fue a dormir", fue la breve respuesta que el secretario de Jair Bolsonaro le dio a los ministros de Gobierno que intentaron hablar con el mandatario en la noche electoral según ha informado la Folha de Sao Paulo.

Sí han hablado altos funcionarios de la administración y políticos aliados del mandatario. Todos han descartado que se pueda cuestionar con pruebas los resultados que le dieron la victoria a Lula.

"No vamos a renunciar a Brazil"

De su entorno más cercano, tan solo ha reaccionado su hijo mayor y senador, Flávio Bolsonaro. "¡Gracias a cada uno que nos ayudó a rescatar el patriotismo, que rezó, fue a la calle, dio su sudor por el país que está funcionando y dio a Bolsonaro la mayor votación de su vida!", indicó en su cuenta de Twitter, en donde no detalla si reconoce o no el triunfo Lula.

Ahora la incógnita es saber qué va a decir Bolsonaro cuando se decida a hablar. De momento, grupos de camioneros en varios lugares de Brasil bloquean desde la noche del domingo algunas de las principales carreteras del país en protesta por la derrota de Jair Bolsonaro.