Este artículo se publicó hace 2 años.
Un expolicía mata a 37 personas en una guardería de Tailandia
Los agentes han confirmado que el sospechoso de 34 años se quitó la vida después de matar a su mujer y a su hijo.
Bangkok-Actualizado a
Un expolicía ha acabado con la vida de 37 personas, entre ellas 22 niños, tras abrir fuego este jueves en una guardería de Tailandia. Entre las víctima mortales hay una maestra que estaba embarazada, mientras que 15 personas han sido heridas, 8 de ellas de gravedad. El sospechoso de 34 años, que fue apartado del cuerpo a raíz de delitos de posesión de droga, se suicidó tras el ataque, informó la Policía en su cuenta de Facebook.
"Confirmamos que el criminal se disparó a sí mismo y ha muerto", apuntó la Policía en un perfil oficial de Facebook, mientras que los servicios de rescate apuntaron que antes de quitarse la vida también mató a su mujer y su hijo.
"Tenía que ir al tribunal mañana (por un delito de posesión de drogas) y probablemente estaba estresado y con alucinaciones (por el uso de anfetaminas)", ha apuntado en una rueda de prensa el comisario de la Policía, Damrongsak Kittiprapas.
El presunto asaltante disparó con un rifle automático a los presentes en una escuela infantil localizada en la provincia de Nongbua Lamphu, que generalmente acoge a niños de entre dos y cinco años, antes de darse a la fuga en una furgoneta.
Un portavoz de la Policía, Paisan Luesomboon, ha explicado al canal tailandés ThaiPBS que el atacante se presentó en la guardería, en la que había niños desde los dos años, para recoger a su hijo pero el niño no estaba allí.
"Estaba ya estresado y cuando no pudo encontrar a su hijo se estresó aún más y empezó a disparar", ha dicho el portavoz, que ha añadido que después se dirigió a su casa donde mató a su mujer y su hijo antes de quitarse la vida. Según la investigación, en el ataque usó una pistola de 9 mm que poseía legalmente y un cuchillo.
Las imágenes facilitadas por la Policía muestran decenas de cadáveres esparcidos por diferentes estancias. Muchos de los heridos, cuya cifra exacta aún se desconoce, han sido trasladados al hospital Nong Bua Lamphu, que ha solicitado "con urgencia" que los ciudadanos donen sangre de todos los tipos, según medios locales.
Familiares de las víctimas se dirigieron al recinto que fue acordonado por la policía, y muchos de ellos sucumbieron a la desesperación, según se aprecia en imágenes y vídeos que circulan en las redes sociales. El primer ministro del país, Prayut Chan-ocha, ha expresado sus condolencias a las familias.
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