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Filipinas se enfrenta a unas elecciones que suponen el adiós de Duterte y en las que planea la sombra del exdictador Marcos

El exilio filipino vaticina que si el hijo del exdictador gana las elecciones será una catástrofe y el fin de la democracia en Filipinas, un país que este lunes acude a las urnas para elegir nuevo presidente tras seis años donde se vulneraron todos los derechos.

Clarissa Ramos hablando con sus compañeras Czarina Musni y Maria Sol Taule
Clarissa Ramos hablando con sus compañeras Czarina Musni y Maria Sol Taule.- Javier Sulé y Marta Saiz

La abogada y defensora de derechos humanos Maria Sol Taule ha estado durante unas semanas en Catalunya para hablar de las más de 30.000 ejecuciones extrajudiciales atribuidas durante estos últimos seis años al Gobierno de Rodrigo Duterte, en la llamada guerra contra las drogas que asesinó a supuestos traficantes y drogadictos. Unas violaciones a los derechos humanos que documenta la organización Karapatan, donde la defensora trabaja. Taule está viajando este domingo de vuelta a Filipinas. Quiere llegar a tiempo a la provincia de Quezón, a tres horas de la capital Manila, para votar. Es una cita que no quiere perderse. El futuro de su país está en juego.

Con una población de unos 112 millones de personas, Filipinas acude este lunes 9 de mayo a las urnas para elegir, entre otros cargos, a su representante presidencial, así como alcaldes y gobernadores regionales. Será el final de la era de Rodrigo Duterte, el polémico presidente saliente que, además de su sangrienta guerra contra las drogas, ha sido azote de disidentes, pueblos indígenas y de la población musulmana del país.

Su marcha se considera en general una buena noticia, pero los y las defensoras de derechos humanos filipinos que más lo han sufrido, algunas desde el exilio, aseguran que la alternativa podría ser aún peor. Y es que, todos los sondeos apuntan como favorito a la presidencia a Ferdinand Bongbong Marcos Jr., hijo del exdictador derrocado Ferdinand Marcos, que gobernó el país durante 21 años en la década de los 60, 70 y 80 del siglo pasado.

El temor está justificado. La dictadura militar de Marcos no solo empobreció al país, sino que estuvo marcada por la corrupción y una represión sangrienta durante los años que decretó la Ley Marcial. Organizaciones de derechos humanos como Karapatán o la Coalición Internacional por los Derechos Humanos en Filipinas (ICHRP, por sus siglas en inglés), hablan de más de 3.257 ejecuciones extrajudiciales conocidas, 35.000 torturas documentadas y 70.000 encarcelamientos. A él y a su familia se les acusa también de saquear 10.000 millones de dólares de las arcas públicas.

En un país que parece haber olvidado lo más oscuro de ese régimen y el levantamiento popular que derrocó al dictador y provocó su exilio a Estados Unidos junto a su familia, Marcos Jr. ha reivindicado siempre la figura y el legado de su padre, primero como congresista y hasta hace poco como senador.

Clarissa Ramos, Czarina Musni y Maria Sol Taulé, exiliadas políticas, coinciden en Barcelona
Clarissa Ramos, Czarina Musni y Maria Sol Taulé, exiliadas políticas, coinciden en Barcelona.- Javier Sulé y Marta Saiz

Su principal rival en las elecciones es Leni Robredo, del Partido Liberal, actual vicepresidenta y la única mujer en concurrir a las presidenciales. Si bien ha subido en intención de voto, no lo ha hecho suficiente como para ganar, según las encuestas. Y aunque se eligen por separado, Marcos Jr. tendría de tándem como vicepresidenta a Sara Duterte, hija del actual presidente.

"La familia Marcos ha estado trabajando desde hace mucho tiempo para volver al poder. La unión Marcos-Duterte es muy favorable para ambas partes. Si ganan, harán desaparecer todos los casos abiertos que tienen en su contra", señala Taule, refiriéndose a la manera como Duterte pretende evitar ser perseguido por la Corte Penal Internacional (CPI).

Maria Sol Taule: "La familia Marcos ha estado trabajando desde hace mucho tiempo para volver al poder"

Por su trabajo defendiendo casos de acusaciones ilegales por parte del Gobierno, Taule ha experimentado amenazas a través del red-taggin, fenómeno por el que el Gobierno acusa de comunista y terrorista a cualquier persona que no esté de acuerdo con sus políticas. Una manera de justificar la controvertida Ley Antiterrorista, aprobada en 2020 y que "contiene peligrosas disposiciones y amenaza con menoscabar aún más los derechos humanos en el país", según Amnistía Internacional.

Aunque la abogada todavía no se ha visto obligada a abandonar su país, sabe que podría ocurrirle como a su compañera Czarina Musni, que tuvo que salir desplazada en 2021 y fue acogida por un programa de protección a defensoras de derechos humanos en Barcelona. Hoy espera respuesta a su petición de asilo.

"En estas elecciones estamos en una balanza entre lo bueno -o no tan bueno- y lo malvado", destaca Musni, que habla de Leni Robredo como la única candidata capaz de parar la maquinaria Marcos-Duterte. De hecho, todos los sectores más progresistas se posicionan a favor de la vicepresidenta.

Czarina Musni: "En estas elecciones estamos en una balanza entre lo bueno -o no tan bueno- y lo malvado"

La también abogada de la organización National Union of People’s Lawyers (NUPL, Unión Nacional de Abogados y Abogadas Populares) habla del "blanqueamiento" que se está haciendo de la dictadura de Marcos. "Hay una tendencia de revisionismo histórico que pone de manifiesto que no hubo vulneraciones a los derechos humanos, ni existió una Ley Marcial durante los años de la dictadura. Las nuevas generaciones están experimentando esta especie de retoque de la historia que afectaría a su moral, a su conciencia política".

Sobre si Filipinas ha vivido alguna vez en democracia, a Musni le gustaría creer que sí. De lo contrario, el movimiento de defensa de los derechos humanos no sería tan fuerte y activo. "Quiero pensar que la democracia está muy viva en Filipinas porque no estamos en silencio y seguimos luchando, a pesar de que nos encarcelan o nuestros colegas sean asesinados".

Czarina Musni: "Seguimos luchando, a pesar de que nos encarcelan o nuestros colegas sean asesinados"

Para Taule, todos los Gobiernos que ha tenido Filipinas cargan a sus espaldas las muertes de centenares de personas, acusadas de pertenecer a la insurgencia o afines al comunismo. "Ningún Gobierno ha abordado las causas estructurales del conflicto armado en el país. Aunque algunos no hayan sido tan fascistas como Duterte o Marcos.

Votar desde el exilio

Desde el exterior y por su condición de solicitante de asilo, Musni no puede votar, así como tampoco lo pueden hacer Clarisa Ramos, refugiada política en Bélgica desde 2018, ni el obispo Antonio Ablon, de la Iglesia Independiente Filipina, exiliado en Alemania desde 2019.

Antonio Ablon, obispo de la Iglesia Filipina independiente
Antonio Ablon, obispo de la Iglesia Filipina independiente.- Javier Sulé y Marta Saiz

Los tres han participado estos días en Barcelona en la primera edición de la Escuela de Defensoras de la Asociación Catalana por la Paz e Internacional Action For Peace. "Es muy probable que el clan Marcos-Duterte gane. Controlan todas las maquinarias del país y a las personas de la comisión electoral. Si ganan, sería una catástrofe y el fin de la democracia", dice Ramos, actual coordinadora en Europa de la ICHRP.

"Nos espera lo peor si esto ocurre. Duterte seguirá controlando el país bajo la sombra de su hija. Un presidente que durante sus seis años de mandato ha llevado a cabo más ejecuciones extrajudiciales que las que hubo en la dictadura de Marcos", añade.

Clarisa Ramos: "Duterte seguirá controlando el país bajo la sombra de su hija"

Como país fervientemente católico, la Iglesia ha sido muy influyente en la política filipina. Algunas informaciones señalan que más de 1.200 obispos y sacerdotes del país apoyan a la candidata Leni Robredo. Sin embargo, la Iglesia de Cristo, una de las más poderosas, estaría del lado de Marcos Jr. "La mayoría de las personas religiosas apoyan a Leni Robredo. En realidad, la Iglesia está llamando a no votar por Marcos Jr., porque es el hijo del difunto dictador. Mi iglesia está haciendo campaña por un voto digno. Ojalá la gente nos escuche". Y aunque parece que el resultado será inevitable, Taule tiene la esperanza en la larga historia de resistencia del pueblo filipino. "Espero que, si Marcos gana, la gente salga a la calle a protestar. La mayoría de la ciudadanía no permitirá que otro dictador vuelva al poder".

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