El Gobierno británico se hundió ayer en el barro. Sufrió la más tremenda humillación en décadas. El Tesoro ha extraviado los datos personales de 25 millones de personas debido a un 'extremadamente serio fallo' de la administración laborista, según admitió el ministro de Hacienda, Alistair Darling, en la Cámara de los Comunes.

La información perdida incluye la identidad, dirección, fecha de nacimiento y, en muchos casos, los datos bancarios de todos los británicos residentes en el Reino Unido con hijos menores de 16 años. En total, 7,25 millones de familias que reciben subsidio infantil y que viven desde ayer con miedo a ser víctimas de un posible fraude provocado por el propio Gobierno.

Dos discos informáticos

George Osborne, ministro en la sombra del Tesoro, pidió inmediatamente cuentas del 'catastrófico error' administrativo. 'La mitad del país estará ansiosa por su seguridad y se preguntará cómo es posible que el Gobierno lo haya permitido', dijo el diputado tory.

La explicación es sencilla, aunque difícil de creer en la era de la comunicación electrónica. La información se volcó en dos discos informáticos, que el departamento de subsidios infantiles envió por mensajero a la Oficina de la Auditoria Nacional. Salieron del ministerio el 18 de octubre pero nunca llegaron a su destinatario.

Los auditores jefes fueron avisados del extravío del paquete tres semanas más tarde. Darling se enteró del error el pasado 10 de noviembre y demoró hasta ayer el anuncio de la humillante noticia para dar tiempo a las entidades bancarias a tomar las precauciones pertinentes.
La última incompetencia del Gobierno de Londres puede acarrear problemas más allá del posible fraude económico. Aporta un nuevo obstáculo al ya polémico proyecto de introducir un carnet de identidad en el Reino Unido.

A diferencia de los españoles, los británicos nunca han tenido una tarjeta oficial con sus señas de identidad y huellas dactilares. Utilizan el pasaporte o el permiso de conducir en los trámites oficiales y bancarios. El Ejecutivo de Gordon Brown quiere introducir el DNI para combatir el terrorismo y frenar la inmigración ilegal. Ya nadie confía en que será capaz de custodiar la seguridad de una base de datos con la identidad de los ciudadanos.