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Game of Diásporas: el juego del dolor y del migrante

Elige tu itinerario migratorio y aventúrate por África en busca de El Dorado.

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Migrantes en Agadez (Níger), donde confluyen varias rutas hacia Europa.

Actualizado:

Te llamas Rosemary Johnson, tienes 39 años, y naciste en una cabaña cercana a la bahía de Buchanan, la tercera ciudad del Estado africano de Liberia. Tu padre, un carpintero de la etnia bassa oriundo de Montserrado, fue asesinado por las tropas de Charles Taylor en 1991, cuando trataba de escapar de la ciudad contigo y seis de tus hermanas.

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Rutas migratorias.

Doce años han transcurrido desde que Charles Taylor, el carnicero de Monrovia, se exiliara y Gyude Bryant formara un Gobierno de transición a la democracia. ¡Ja! Democracia. “¿Para qué sirve la libertad cuando una no es dueña del aire que respira?”, te preguntas. No hay un país más pobre en el planeta que Liberia, y si lo hay, no debe ser peor que el tuyo. Has perdido a tu marido y a dos de tus seis hijas en tres años y tu vida, lo que queda de ella, no merece tal nombre.

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A fallback.

Has quedado citada con un ghanés en un colmado de Kaba Town. Estás inquieta. Es la primera vez que abandonas Buchanan. Y acabas de leer en el Monrovia News que catorce liberianos fallecieron anteayer en un naufragio cuanto trataban de llegar a Italia desde Libia. El intermediario de la “agencia de viajes” -Yoofi- intenta tranquilizarte recordándote que fue él quien ayudó a tus dos primas a llegar sanas y salvas a España. Tienes dos opciones:

Monrovia, capital de la República de Liberia. / ERIK HERSHMAN




Monrovia (Liberia) – San Luis (Senegal) – Canarias

Has atravesado a pie, autobús y en taxi colectivo Sierra Leona, Guinea, y Guinea-Bissau y finalmente, llegaste a Saint Luis, en Senegal. Es común que las mujeres paguen su viaje prostituyéndose por el camino. Muchas jamás salen de África y pasan a engrosar los prostíbulos de las ciudades costeras. Otras viajan ya con el compromiso previo de devolver el dinero del trayecto prostituyéndose en España. El grueso de las nigerianas que viven en nuestro país llegaron de ese modo. Pero ese no es tu caso. En cierto modo, eres una privilegiada. También eres una mujer resuelta. Te ha tomado muchos años reunir los medios necesarios para emprender este viaje y ahora has alcanzado Senegal. Llegas de mañana al corazón de la vieja ciudad colonial de Saint Louis y observas el Atlántico desde el puerto mientras aguardas al “passeur” de la patera con el que has quedado citada. El océano está agitado y tú también.

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Puesto aduanero de Niger. / L. HERBLOT




De Monrovia a Agadez (Níger) via Guinea-Conackry y Burkina Faso

Los migrantes africanos aseguran que los mayores problemas a los que tienen que hacer frente a lo largo de las etapas subsaharianas del viaje son la policía y las fuerzas del orden, antes que las mafias. Has viajado en taxi y en viejos autobuses, hacinada entre docenas de migrantes como tú, y te has visto obligada a sobornar a los policías de los dos puestos aduaneros con los que te has topado de camino hacia Níger. En Burkina Faso te intentaron obligar a prostituirte. No comprendías nada. Ni tú hablabas francés ni ellos entendían una palabra de tu inglés roto liberiano. Te escapaste por los pelos. Captar a niños y mujeres como mano de obra esclava es una práctica común en el Sahel. Afortunadamente, conseguiste zafarte gracias a que tenías algún dinero. Lo que no pudiste evitar fue el chantaje de un policía. Más dinero. En la frontera de Níger te golpearon para robarte 500 euros. No hay nada más peligroso que esos paupérrimos y desesperados soldados africanos. Durante la guerra civil, eran más peligrosas las tropas de pacificación del Ecomog que las milicias de los señores de la guerra. Gracias a Dios, ocultaste el resto del dinero en tu vagina. Y finalmente, llegaste hasta Agadez, la ciudad donde confluyen buena parte de las rutas terrestres africanas hacia Europa y desde la que, a su vez, se reparte el flujo humano.

Autobuses de Naciones Unidas repatriando a migrantes.




Regresar a Monrovia desde Senegal

Tu embarcación naufragó. Te salvaste milagrosamente. Y ahora estás de nuevo en Senegal. Eres atendida en un dispensario médico de una Organización No Gubernamental europea. Durante tu estancia en el centro sanitario, conoces a un funcionario de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que consigue persuadirte de que Europa no es la tierra de provisión con la que habías soñado. Por otra parte, son pocos los que llegan y muchos los que se quedan de camino. A menudo, pagan con su vida la osadía. Eres resuelta, no cabe duda de ello. Pero tu experiencia en el Atlántico ha resultado traumática y finalmente, decides regresar a casa. Echas de menos a los tuyos. Los funcionarios de la OIM te facilitan los medios de transporte necesario para volver a tu tierra. GAME OVER. El juego ha terminado. Al menos, sigues viva. Y eso es más de lo que pueden decir muchos. Claro que todavía estás a tiempo de viajar a Argelia por Gao. Determinación no te falta.

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Saint Louis, en Senegal.




DE SAINT LOUIS A TAMANRASSET POR GAO

Llamas de nuevo a tu contacto liberiano en Monrovia, y le explicas lo sucedido. No vas a volver a echarte a la mar en un cayuco. Una opción sería viajar a Tamanrasset, Argelia, a través de Mali. Existen riesgos, pero estás dispuesta a asumirlos. Por otra parte, tú no eres una analista de política internacional. Nadie te ha informado de qué vas a encontrar en tu camino. Si existen peligros, tú ignoras cuáles son. Lo que tú percibes es una vaga y difusa inquietud a la que no sabes poner nombre y que se traduce en miedo y ansiedad, la misma que llevas sufriendo desde que saliste de tu país. Ni siquiera puedes conciliar el sueño. Primero, logras llegar a Bamako, capital de Mali, en autobús sin graves percances, más allá de lo previsto: policías corruptos, chantajes... y largas y agotadoras jornadas de viaje a través de pistas de tierra.

Viajando hacia Tamanrasset, a través de Mali.




De Agadez a Dirku y hasta el oasis libio de Sabha. Desde allí, puedes llegar a Trípoli y ganar Europa por mar, a través de Sicilia

Desde luego, ésta no es tu mejor opción si pretendes ir a España. De hecho, este es el camino más corto para llegar a Europa a través de Sicilia. Claro que la situación en ese país también ofrece ciertas ventajas logísticas. La descomposición del estado libio le permite trabajar con total impunidad a los intermediarios y las mafias de la migración, lo cual es, a todos los efectos, un arma de dos filos.

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Islamistas radicales en Gao.




De Agadez (Níger) a Tamanrasset, en el sur de Argelia, a través de una antigua ruta camellera subsahariana

Agadez es, junto a Gao, una de las principales lanzaderas de migrantes del centro de África. O dicho de otra forma, es el gran nodo de comunicaciones a través del que se canaliza el flujo de desposeídos africanos. Alrededor de 75.000 personas tratan de ganar Europa desde esta ciudad de Níger. Casi toda la gente que, al igual que tú, emprendió el camino del exilio desde otros países del entorno, acaba confluyendo en esta urbe cuya economía depende en buena medida del tráfico de seres humanos.

Viajando hacia Libia, desde Tamanrasset.




Viajar desde Tamanrasset hasta la ciudad argelina de Ouajda y tratar de llegar a España, a través de Marruecos y Melilla

Tamanrasset es una ciudad del sur de Argelia de cerca de 100.000 habitantes. Es uno de los jalones principales en la ruta que comunica con el Níger, de ahí que la mayor parte de los migrantes que se dirigen hacia el norte la atraviesen. Miles de camiones y pequeñas furgonetas descienden o ascienden desde África a través de esta ruta. La mercancía que portan muchos de ellos son humanos como tú. Pueden pasar meses o años, hasta que algunos reúnen el dinero necesario para continuar con su viaje.

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España y Marruecos, separados por la valla de Melilla. / JAIRO VARGAS




Viajar hasta la ciudad argelina de Ouargla y tratar de alcanzar España a través de Marruecos y Melilla

Tamanrasset es la principal ciudad del sur de Argelia que uno encuentra en su camino hacia África, o en el de retorno. Cientos de camiones la atraviesan cada día en ambos sentidos. Al igual que Agadez, es un gran cruce de caminos en el que confluyen quienes, como tú, llegan desde el sur, y quienes llegan de Etiopía,Eritrea o el Sudán. Tu primera opción era pagar por un pasaje en un camión hasta el norte del país.

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