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El Gobierno de Dilma Rousseff pende del hilo de Petrobras

La empresa que posibilitó el milagro brasileño de la era Lula es hoy el peor enemigo del recién reelegido gobierno Dilma. El escándalo de corrupción en el que está inmersa la petrolera estatal vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de un impeachment y desata los intereses privatizadores de la oposición y de las multinacionales extranjeras.

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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. /REUTERS

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SAO PAULO.- Apenas mes y medio después de que Dilma Rousseff (PT) jurara el cargo de su segundo mandato, las noticias en relación al mayor escándalo de corrupción del país, la operación Lava Jato, no podían ser peores para la presidenta y su partido. Políticos, funcionarios públicos, las principales constructoras del país y diversos cambistas formarían parte de la organización criminal sospechosa de desviar alrededor de dos billones de reales a través de la estatal.

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En los últimos dos meses la petrolera ha cancelado sus negocios con más de 26 empresas privadas vinculadas al esquema de desvío de dinero público, y otras 200 están a la espera de ser investigadas. Cinco directores de diversas áreas de la estatal dejaron sus cargos tras haber sido acusados y la última en abandonar el barco fue su presidenta general, Graça Foster. El sucesor elegido por Rousseff, Aldemir Bendine, ex presidente del Banco de Brasil, con un perfil más político y menos de mercado, desató las críticas del mercado financiero internacional y provocó una nueva caída de las acciones de la petrolera.

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Dilma Roussef no responde ante las amenazas y evita pronunciarse sobre las acusaciones de corrupción el PT

Los principales partidos beneficiados han sido el PT (Partido de los Trabajadores), el PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasilero, principal aliado del Gobierno) y el PP (Partido Progresista). A su vez el PSB (Partido Socialista Brasileiro) y su ex presidente, el fallecido Eduardo Campos, habría recibido alrededor de 20 millones de reales para su campaña de reelección en 2010 en Pernambuco. El PSDB (Partido de la Social Democracia Brasilera), principal opositor del Gobierno, se habría llevado en manos del también fallecido Sergio Guerra, alrededor de 10 millones de reales a cambio de no investigar las primeras denuncias que habían llegado sobre la corrupción de Petrobras. Todos ellos niegan su participación.

El fantasma del impeachment

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Dilma Roussef no responde ante las amenazas y evita pronunciarse sobre las acusaciones de corrupción en el PT. La recién electa presidenta comienza su gobierno con pocos apoyos de su partido y con una mayoría en contra en el Congreso. A pesar de haber elegido un equipo económico proclive a los deseos del mercado y de anunciar políticas de recorte del gasto público calcadas a las que predicara su adversario, Rousseff no ha conseguido contentar a la oposición. Este giro a la derecha ha enfadado a los sectores de izquierda que se sienten traicionados por no haber cumplido las promesas electorales. La elección de ministros como Katia Abreu en Agricultura (conocida como la reina del agronegocio) o del Gilberto Kassab como ministro de Ciudades (uno de los ex alcaldes de São Paulo más desprestigiados y corruptos) ha enfurecido también a los propios afiliados y compañeros del PT.

El periodista Luis Nassiff denunciaba el envío de un mail de la directora de la Central de Globo de Periodismo, en el que pedía a sus redactores que eliminaran las partes en las que aparecía el nombre de Fernando Henrique Cardoso vinculado 'Lava Jato'

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"Ante una amenaza de impeachment apoyaremos claramente a Dilma, porque sería un verdadero golpe de estado. Pero no le vamos a dar un cheque en blanco, estamos muy enfadados por las medidas de recorte que ha anunciado, al final los que salen perdiendo son los trabajadores", dice Guillermo Boulos, presidente del MTST(Movimiento de los Trabajadores Sin Techo de São Paulo), uno de los movimientos sociales más importantes de la capital financiera.

"El petróleo es nuestro"

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Desde el FUP recuerdan que en los últimos doce años las inversiones en la empresa la han llevado a la autosuficiencia y al descubrimiento de los yacimientos del Pre-Sal que según la ex presidenta Graça Foster "serán los responsables de duplicar el tamaño de la petrolera". Gracias a la tecnología que utilizan, el petróleo del Pre-Sal brasileño "sería uno de los menos vulnerable ante el nuevo equilibrio de precio marcado por la OPEP", afirma el periodista Saul Leblon, y la gigantesca escala de reservas que tiene por desarrollar la convierte en una de las petroleras más codiciadas.

Hasta el momento las cifras juegan a favor de la estatal que en 2002 tenía un valor de mercado de 15 billones de dólares y en la actualidad alcanzaría los 110 billones. A finales del año pasado superó a la producción de la norteamericana Exxon Mobil con una cifra de 150.000 barriles/día, convirtiéndose en la mayor productora de petróleo del mundo entre las empresas de capital abierto.

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