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Golpe de Estado en Myanmar La ONU rechaza el plan de los militares birmanos para convocar otros comicios

La reacción de los países miembros del Consejo de Seguridad ha sido dispar. Estados Unidos y las naciones europeas han condenando rotundamente el golpe, mientras que Rusia y China han evitado pronunciarse.

Protestas por el golpe de estado en Myanmar
Ciudadanos de origen birmano protestan contra el golpe de Estado en Bangkok, Tailandia. EFE

La ONU reclamó este martes a las potencias internacionales una clara condena del golpe de Estado en Myanmar y les pidió que rechacen el plan de los militares para celebrar unas nuevas elecciones.

"La propuesta de los militares para celebrar elecciones otra vez debe ser desalentada. Es importante que unamos nuestros esfuerzos para ayudar a asegurar que el Ejército respeta la voluntad del pueblo birmano y respeta las normas democráticas", dijo la enviada de la organización para el país, Christine Schraner Burgener.

La diplomática trasladó ese mensaje a las potencias en una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, convocada de urgencia tras el golpe de este lunes.

Aunque el encuentro fue privado, la ONU hizo pública la intervención de Schraner Burgener, quien insistió en la necesidad de que el mundo muestre unidad ante la situación en Myanmar.

Hasta ahora, la reacción de las potencias con asiento permanente y poder de veto en el Consejo de Seguridad ha sido dispar, con Estados Unidos y las naciones europeas condenando con claridad el golpe, mientras que Rusia y China han evitado hacerlo y dicen confiar en un arreglo de la crisis.

El Gobierno ruso, de hecho, lamentó que "las fuerzas políticas del país no hayan podido resolver sus diferencias tras las elecciones parlamentarias de noviembre de 2020" y expresó su confianza en que los militares convoquen a nuevas elecciones parlamentarias el próximo año.

Esa postura parece chocar con la que recomienda la ONU, que no quiere otros comicios, pues considera que los últimos dejaron una victoria "arrolladora" de la Liga Nacional para la Democracia (LND), encabezada por la líder de facto del Gobierno y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.

Los militares, que gobernaron con puño de hierro de 1962 a 2011, denunciaron un supuesto fraude electoral y este lunes asumieron el poder tras detener a varios líderes políticos, incluida Suu Kyi y el presidente del país, Win Myint.

"La declaración del estado de emergencia y el arresto de líderes civiles son inconstitucionales e ilegales", defendió la enviada de la ONU ante el Consejo de Seguridad.

Según dijo, esa declaración debería ser rescindida, los detenidos liberados inmediatamente y cualquier acusación de fraude debería resolverse a través de los canales estipulados para ello.

Naciones Unidas, además, está preocupada por el efecto que la actual crisis pueda tener en la situación de la minoría rohinyá y en el posible retorno de los cientos de miles de refugiados de este grupo musulmán que se encuentran en la vecina Bangladesh, según dijo a los periodistas el portavoz Stéphane Dujarric.

La represión militar en el estado birmano de Rakáin, que forzó a más de 700.000 rohinyás a huir en 2017, fue entonces considerada una "limpieza étnica" por parte de la ONU y las potencias occidentales.

En el Consejo de Seguridad, sin embargo, China y Rusia frenaron cualquier intento de tomar medidas contraMyanmar. 

Solicitud de sanciones a Myanmar

La Unión Europea (UE) condenó este martes "en los términos más duros" el golpe de Estado y pidió la liberación "inmediata" de todos los detenidos, entre los que se incluye la depuesta líder birmana y premio nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, que continúa en arresto domiciliario tras ser detenida la víspera por el Ejército.

"Es un intento inaceptable la revocación por la fuerza de la voluntad del pueblo. A través de su alta participación, Myanmar expresó su fuerte convicción en el proceso democrático, en las elecciones generales del 8 de noviembre de 2020", dijo el alto representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, en nombre de los Veintisiete.

Por su parte, el Gobierno neerlandés pidió hoy a la Unión Europea dictar nuevas sanciones contra las autoridades y empresas directamente vinculadas con el Ejército de Myanmar.

La ministra saliente de Cooperación Internacional, Sigrid Kaag, consideró la situación en el país asiático como "extremadamente preocupante" y explicó que cualquier sanción por lo ocurrido en Myanmar debe darse en un contexto europeo porque "es la única forma de que podamos asestar un golpe político-económico" contra los ejecutores del golpe de Estado que mantienen desde el lunes a Suu Kyi en paradero desconocido.

Kaag también aseguró estar estudiando la posibilidad de suspender los programas de cooperación de Países Bajos con Myanmar hasta nuevo aviso, aunque lamentó que eso podría ser "un golpe a la población y eso es lo último que se quiere hacer, porque se trata de llegar a los militares" y no a los civiles.

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