Público
Público

La hora de la verdad de Chávez

El presidente venezolano no arriesga su poder, pero sí toda la arquitectura de su revolución

GORKA CASTILLO

Al chavista José Aníbal Yepes lo enterraron el viernes centenares de camaradas cuya tristeza enmascaraba sed de venganza. 'Esto no quedará así', farfulló un joven con camiseta 'roja rojita' que seguía el cortejo hasta el cementerio donde Yepes, de 19 años, fue a parar tras una emboscada callejera en las afueras de la ciudad de Guacara, al sureste de Caracas. En la distancia sonó un disparo. 'Es al aire', explicó calmadamente uno de los dolientes. 'Alguien está rindiendo homenaje a José'.

Patria o muerte. Las palabras de Hugo Chávez condensan el dramatismo que para muchos tiene el referéndum constitucional que se celebra hoy en Venezuela. Más de 16 millones de ciudadanos están convocados a las urnas en una cita que marcará el futuro de este país. 'Socialismo o perdición', clamó el presidente en su cierre de campaña. Pero Venezuela no sólo es Chávez. Enfrente tiene a una oposición combativa que movilizará hoy a incontables seguidores bajo una bandera: 'Esta reforma abre profundas heridas difíciles de curar', según el líder estudiantil Jesse Guevara. Porque todo indica que el conflicto venezolano no ha hecho más que comenzar. Más de 800 observadores internacionales vigilarán la limpieza del proceso y 200.000 interventores ya han cursado su presencia para evitar presiones o trampas en el voto. Ni la ley seca ni la prohibición de portar armas de fuego relajan la tensión acumulada en un país dividido en dos.

División en la universidad

El espejo de esta situación está en la universidad. El jueves, decenas de estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) organizan su última protesta contra la reforma constitucional. La Policía actúa contra ellos con contundencia. Los alrededores del campus son un lagar donde la basura esparcida por el suelo se mezcla con los clavos. Desde hace algunos semanas, así son las clases en algunos centros universitarios del país. Paraninfos a cielo abierto. Son el centro de un apocalíptico debate nacional. La UCAB es uno de sus símbolos. 'Calificar a estos estudiantes de niños ricos y de golpistas es sencillamente injusto e intolerante. Con este lenguaje violento que usa, Chávez capitaliza peligrosamente un resentimiento larvado entre la población pobre en contra de las clases asentadas tras el reparto injusto de la beneficios petroleros que hicieron los viejos gobernantes', afirma Alfredo Parés, director de la facultad de Derecho de la UCAB.

Para esta Venezuela, el golpe de Estado pergeñado contra Chávez el 11 de abril de 2002 fue la pala que enterró a los desacreditados partidos tradicionales y la sacudida que alumbró un movimiento opositor que hizo masa entre los jóvenes de las universidades. Ahora, Parés admite que el movimiento estudiantil está profundamente dividido 'entre los que estudian en campus privados, partidarios del no, y los que cursan sus carreras en instituciones públicas, mayoritariamente favorables al sí'.

Pero él proclama su vergüenza y su escándalo ante una reforma constitucional que, en su opinión, viola los principios elementales de la democracia. 'Promulga entidades paralelas que asfixiarán a las instituciones democráticas tradicionales. Las leyes sobre la propiedad, sobre la promoción de las asambleas comunales, sojuzgan el parlamentarismo. Se ha redactado en tres meses, a toda velocidad, de espaldas a la sociedad, como si quisieran esconder algo. Esta reforma es de locos', expresa con voz pausada. Parés reconoce que en 1998 votó a Chávez pero hoy es un hombre preocupado.

El jueves, miles de personas desfilaron por el centro de Caracas al grito de 'viva la libertad y abajo el sectarismo'. La segunda manifestación más numerosa contra el presidente desde 2002.

No muy lejos de aquí se encuentra la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), el centro público más grande del país. 50.000 alumnos cursan licenciaturas por 500 bolívares (menos de un céntimo de euro) al trimestre. El perímetro está colmado de carteles favorables a la reforma. Ana Núñez, de 25 años, y María Fernanda Romero, de 28 años, salen de una asamblea donde se ha discutido el papel de la universidad en la nueva sociedad que proclama el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). 'Preparar jóvenes para servir a la comunidad, no al capital privado', comentan.

Educación igualitaria

Si los opositores advierten con alarma que la reforma constitucional entregará la autonomía universitaria al Gobierno, Ana y María Fernanda defienden a cal y canto todo lo contrario. 'No todos los estudiantes están contra la reforma', añaden. Invocando el derecho de las masas populares a una educación de calidad e igualitaria, afirman que es imposible la erradicación total de los privilegios económicos sin actuar sobre la base social y eso demanda democratizar las fuentes del conocimiento.Por ello, describen algunos proyectos exitosos del sistema como Misión Sucre, 'una experiencia en aldeas y barrios depauperados sin acceso a la educación que rompe el falso concepto de autonomía imperante'; o Misión Alma Mater, 'programas de formación profesional destinados a la creación de infraestructuras vecinales de acuerdo con las necesidades de la comunidad donde viven'.

También recuerdan que el artículo 109 de la reforma modificará el sistema de elección de los claustros, 'otorgando a profesores, alumnos y personal de servicios idéntica representatividad en la designación de rectores'. Para ellos, la consigna es 'debatir'. Contrastar ideas con aquellos que no piensan igual. El problema es encontrar el sitio.

Medios incendiarios

Porque en Venezuela, la mayoría de los medios de comunicación difunde argumentos que incendian los ánimos. La palabra 'fascista' es la que utilizan los chavistas para referirse al canal de televisión Globovisión. Su presidente, Guillermo Zuloaga, niega esta acusación y asegura que los sabotajes cotidianos que sufre la cadena son el resultado de los mensajes 'agresivos de un presidente que siempre ha negado las innumerables ofertas para ser entrevistado en este canal'.

La sede de Globovisión se parece a una guarnición a la espera de un asalto de infantería. Las paredes de cemento se encuentran reforzadas y las ventanas han sido reducidas al mínimo. Todo el complejo está acotado con una malla de metal contra los cócteles molotov. Hay una única entrada donde monta guardia una patrulla policial que registra hasta las sombras del camino. 'Hay que estar siempre alerta. La buena suerte no dura siempre,', señala un guardia de seguridad. Globovisión tiene licencia para emitir hasta 2015 pero sus directivos temen correr el mismo destino que Radio Caracas TV (RCTV), el más veterano canal privado de Venezuela a quien el Gobierno no renovó los permisos de transmisión en abierto 'y le robaron la infraestructura para hacerlo', denuncia Zuloaga.

¿Se cubanizará Venezuela? 'Va camino de ello', afirma el presidente de Globovisión con una rotundidad que no todos los venezolanos comparten. 'El Gobierno pretende manejar a las empresas privadas con una reforma en la que se dice expresamente que el Estado sólo defenderá a aquellas propiedades que divulguen el socialismo, entonces esto será otra Cuba o algo peor'.

Zuloaga no es optimista. Desde su punto de vista, si el Gobierno de Chávez continúa concentrando los poderes en manos del Estado -la ley de responsabilidad social de radio y televisión o ley mordaza aprobada en 2004 exige la emisión de al menos 10 minutos al día 'de mensajes sociales o en beneficio de la ciudadanía'- el choque con los medios privados será inevitable. Un chiste muy divulgado en Caracas dice que el gran error del presidente no fue cancelar los permisos a RCTV sino impedir que los venezolanos disfruten de su gran pasión: las telenovelas.

Otra cosa es la cobertura informativa. Nadie juega limpio. Un estudio elaborado por el Centro Nacional Electoral (CNE) sobre 148 horas de emisión de esta campaña detecta que el desequilibrio informativo ha sido pasmoso. La cadena oficial Venezolana Televisión (VTV) dedicó 51 horas de su programación a informar sobre el bloque del sí y apenas 38 minutos al no. 'Mal hecho, mal hecho', dice una rolliza mujer que vende jugosas arapas, un pan de maíz relleno de condimentos, en un puesto callejero del centro de Caracas. 'Que de una vez Chávez nos deje hacer lo que queramos, pues'.

Calcados a la Constitución española 

Eleazar Díaz Rangel es director del diario ‘Últimas Noticias’, el más leído por los sectores populares, quizá por el esfuerzo cotidiano que realizan sus reporteros por indagar en las vertientes ásperas del país. Aquí, los periodistas no sólo escriben, sino que se han convertido en investigadores de los barrios, alertas para denunciar cualquier promesa incumplida por parte de las autoridades municipales y también de las nacionales.

Pero a Díaz Rangel ejercer su cargo durante la última década le ha mostrado varias realidades sobre el ejercicio del periodismo en Venezuela: “El problema de los medios de comunicación es ético. Excepto con la RCTV, nunca se han tomado medidas contra un medio de comunicación, aunque es cierto que el Gobierno ha reducido al mínimo su publicidad en aquellas empresas que considera hostiles. Las denuncias sobre listas negras son falsas”.

Una de las cuestiones que más le perturba es la distorsión internacional que, a su juicio, se está realizando con la libertad de prensa en Venezuela. Díaz Rangel acaba de concluir una visita a España y este asunto ha estado presente en todas sus conversaciones. “Los doce artículos sobre la libertad de prensa que recoge nuestra Constitución son calcados a los que recoge la Carta Magna española y ninguno de ellos ha sido objeto de la reforma. Tampoco el pluripartidismo. ¿A que vienen entonces esas insinuaciones de totalitarismo?”. 

Tras el cierre de esta campaña visceral, las calles de Caracas intentan sumergirse en un silencio imposible. En una pared cerca del Hotel Intercontinental, alguien ha resumido la situación. Donde hace una semana había una soflama de despedida a Omar Vilquez, el ídolo de equipo de béisbol local que el jueves anunció su retirada, hoy hay una pintada mordaz. Dice: 'Dadnos plata para inventar'. Nadie la firma.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional